miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Y tú cuánto te quieres?

La lectura es uno de los vicios a los que ni puedo ni quiero renunciar. Normalmente, tengo varios frentes abiertos y alterno entre la novela, revistas varias, textos 'profesionales', ensayos, etc.
 
Esta tarde he abierto un libro escrito por Jaime Tomás, uno de los mejores consultores y formadores que he tenido la suerte de conocer. Se titula Supérate en el laberinto y tiene que ver con lo que podríamos catalogar como habilidades personales o directivas. La página 55 comienza con un capítulo titulado ¿En qué consiste la gestión y el amor a uno mismo? que me ha recordado una pregunta que me hizo, hace mucho tiempo, uno de los mejores jefes que he tenido: ¿Y tú cuánto te quieres?
 
En aquella época, me preocupaba mucho por los demás (lo cual es necesario y está muy bien) y terminaba cargando con sus problemas, mientras me preocupaba poco de mí (cuando uno es joven se cree capaz de todo) e iba incubando un estado de ánimo que se contagiaba de todos los males y desgracias ajenas. En definitiva, descubrí que me quería poco.
 
La receta que nos da Jaime Tomás para querernos más es sencilla: 'Miráte al espejo, fíjate sobre todo en el brillo de tus ojos, intenta detectar tu estado de ánimo, tus ilusiones, tus esperanzas y sobre todo tus sueños. Habla contigo y quiérete.'
 
Y hazte estas preguntas:
  • ¿Soy realmente feliz?
  • ¿Me esfuerzo, me ocupo en hacerme feliz a mí mismo?
  • ¿Puedo hacer felices a los demás?
  • ¿Mi trabajo me hace feliz?
  • ¿Voy cada día motivado a mi trabajo?
  • ¿Dedico el tiempo necesario a hacer mis revisiones médicas?
  • ¿Dedico cada día algo de tiempo a hacer lo que gusta?
  • ¿Soy dueño de mi vida y de mis actos?
A día de hoy, me quiero bastante, porque cuido de mí, llevo una vida ordenada, disfruto siendo útil a los demás, me gusta mi trabajo, saco tiempo para correr, leer y otros 'vicios'; y soy dueño de mis actos, lo que implica elegir, consciente y voluntariamen-te, hacer 'lo que toca hacer' antes de hacer 'lo que me gusta'. Como nos decían de chavales: 'antes es la obligación que la devoción'.

Volviendo al espejo, me encanta esta cita de Steve Jobs: Cada día me miro al espejo y me pregunto: 'Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?. Si la respuesta es 'No' durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo' 

No hay comentarios:

Publicar un comentario