jueves, 27 de diciembre de 2018

Real Sociedad ¿El problema eran las pistas?

La portada de El Diario Vasco de hoy presenta al nuevo entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, en medio de Roberto Alabe, director de fútbol, y del presidente, Jokin Aperribay. No es la foto de la derecha, sino otra, en la que sujetan una bufanda. Gesto serio en los tres, con algunos matices. Mientras Alabe y Alguacil miran fijamente a la cámara, Aperribay parece hurtar la mirada. Él sabrá por qué. 

Durante muchos años nos han vendido que el gran handicap de la Real Sociedad para competir eran las pistas de Anoeta, que alejaban al público y, tal como nos hemos hartado de oír, hacían que fuera muy fácil arbitrar a los donostiarras, un equipo que, a mi modo de ver, tiene una carencia endémica de competitividad, con un perfil de jugadores -sigue siendo mi opinión- blandos y acomodados.

De tanto insistir, lo han conseguido, las pistas han desaparecido y, lejos de mejorar, la dinámica de resultados en casa se ha deteriorado hasta el punto de que, si mis datos son correctos, de los 24 puntos disputados, la Real Sociedad solo ha sumado 6, tras ganar al Celta y empatar con Rayo Vallecano, Girona y Sevilla. Ha perdido con el Barcelona y el Valencia, rivales de entidad, y también con equipos que perecían asequibles, como Valladolid y Alavés. 

El capricho del nuevo campo, cobardemente apoyado por las Instituciones, nos va a costar un pico a los contribuyentes gipuzkoanos, detrayendo, por ejemplo, de las políticas sociales, tan necesarias, decenas de millones de euros, que se están convirtiendo en cemento.

No tengo criterio técnico para saber si Asier Garitano, a quien yo veo como un tipo honesto, con una mirada limpia, era el entrenador adecuado para este equipo, pero me cuesta creer que el sea el culpable de su falta de competitividad. 

A mí hace mucho tiempo que la Real Sociedad dejó de hacerme sentir y vibrar como lo sí lo conseguían aquellos equipos de los años 70, 80 y 90 del siglo pasado; y aquellos jugadores que transmitían pasión, compromiso, dedicación y profesionalidad, virtudes que, a mi modo de ver, acredita mucho más un tipo como Garitano que los jugadores y la elefantiásica  y errática ¿estructura deportiva? que le ha tocado gestionar.

A Imanol Alguacil, ninguneado al final de la temporada pasada, le deseo mucha suerte. La va a necesitar con todo y con todos los que tiene alrededor.

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