Para los que hemos cono-cido una forma de trabajar y de relacionarse con los clientes, y un modelo de negocio exitoso, que llevó a las Cajas de Ahorros a liderar el sector financiero en España, es decepcionante que esos cuatro directivos hayan eludido la prisión sólo con reconocer los hechos y devolver, varios años más tarde, 28,6 de los 30,6 que se habían auto-adjudicado, burlando todos los controles de la Caixa de Ahorros del Penedés, una entidad que conozco bien y con excelentes profesionales, prematuramente prejubilados, que me honran con su amistad.

En el coloquio posterior, me llamó la atención el fondo de las preguntas e intervenciones de buenas parte de los asistentes, extremadamente duras y críticas con el sistema financiero en general y las Cajas de Ahorros en particular. Formuladas en el tono de máximo respeto que caracteriza a ese foro, me dejaron muy preocupado.
Tal como argumentó Xabier Alkorta, no todas las entidades son iguales, ni todos los directivos han actuado como los de Caixa Penedés y los de otras entidades como Bankia y Caja Navarra, por citar sólo dos de los casos más sonados de mala gestión.
Decía Ramón Pérez de Ayala: 'Cuando la estafa es enorme ya toma un nombre decente'. Así, una generación de directivos 'maliciosos' ha conseguido cargarse a las Cajas de Ahorros, cuya desaparición ya estamos lamentando.
La Audiencia Nacional ha perdido una magnífica oportunidad de ejemplarizar y de demostrar a los ciudadanos que el que la hace la paga.
Termino con una cita de Georges Orwell: 'En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.' Que se lo pregunten a los votantes de Podemos.
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