Un paciente cada vez más enfermo (España) va perdiendo la confianza en los dos médicos que le atienden de toda la vida (PP y PSOE). Cada uno le hace un diagnóstico distinto y variable, según esté o no de guardia. Hablan un lenguaje que no entiende, cargado de eufemismos. Y nunca se ponen de acuerdo, salvo para ir recortándole el tratamiento.
De repente, aparece un médico joven que parece interesarse seriamente por él. Habla claro, se le entiende todo lo que dice y le ofrece soluciones a sus males. Le dice: Podemos.
Los dos médicos veteranos desprecian al 'chaval de la coleta' y ni se molestan en contrastar con el el diagnóstico y el tratamiento. Simplemente le descalifican y hasta cuestionan que sea un médico de verdad, sin tener en cuente su brillante expediente académico.

Decía Winton Churchill: 'El político se convierte en estadista cuando empieza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones'.
Seguro que volvemos a hablar de este médico del que, ahora mismo, me convence más el diagnóstico que el tratamiento.
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