Esta semana, a los 78 años, ha fallecido Matías Beristain, uno de los mejores atletas que ha tenido el mediofondo gipuzkoano, un tipo sencillo, afable, amable, siempre con buena cara y siempre dispuesto a ayudar. Un hombre bueno.
Sin saber que estaba ante un atleta de la élite del mediofondo en España, le conocí en el verano de 1978, cuando trabajaba en la ventanilla de la sucursal de Azkuene de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián y Matías venía a ingresar las recaudaciones de Beristain y Anabitarte, tras aparcar el camión en el que hacía el reparto de bebidas como las entonces populares gaseosa La Pitusa o refrescos como Schuss, palabra alemana que se traduce como tiro.
En aquellos tiempos, yo era árbitro de fútbol y Matías, que por aquel entonces tendría 38 años y seguía en activo, me daba consejos de como entrenar o de cómo recuperarme de las lesiones. Un atleta de su nivel se interesaba por un matau como yo.
Le perdí la pista cuando me fui a la sucursal de Lezo y recuperé la relación en los años 90 cuando salíamos a rodar los domingos a la mañana, con un grupo de ex-atletas del Atlético San Sebastián, de los que recuerdo a Jesús Mari Goñi, Emilio Montero, Mendi... Matías ya no corría y nos acompañaba en bici.
Le vemos en la foto, con el numero 2. Le acompañan Mikel Irisarri (también fallecido), Iñaki Gabilondo y Tomás Rincón. Enorme el nivel que tenía entonces el mediofondo gipuzkoano.
En aquellos años 90, en kutxa editábamos una revista en papel, a la que bautizamos como RUNnEROAK. En el verano de 1995, en una improvisada cena en restaurante Txiskuene, mi entonces colega Javier Barace, Jesús Mari Goñi y yo, hicimos una entrevista informal, que publicamos en el número 5 (agosto de 1995). Ocupa 3 folios, que conservo como una joya, de la que extracto estas frases:
- Mi padre era subdirector de la Caja de Ahorros Provincial... éramos 10 hermanos y teníamos que estudiar, eso de correr eran tonterías... y tuve que correr con nombre falso... Me solía apuntar como Antonio Blanco. Con 14 años, quedé segundo en la vuelta a los puentes, me dieron una copa enorme y no sabía qué hacer con ella por miedo a que la viera mi padre... A partir de ahí... incluso de iba a Madrid a verme correr.
- Con 15 años participé en los Campeonatos Escolares de Europa, quedando 4º en los 800 metros... Con 17 años bajé de dos minutos en 800 metros. (En este punto os recuerdo que entonces las pistas eran de ceniza).
- Antes de ir a la mili dejé el atletismo, con 18 años, pero me destinaron a la Marina, en Ferrol, y allí gané los Campeonatos en 400, 800, 1.500 metros y el relevo. Claro, yo ponía interés porque las medallas me las recompensaban con permisos. Luego me fichó el Coruña y me tuvieron un año en un hotel, que desde luego era mejor que estar en el cuartel.
- Después de la mili lo dejé. Me casé y no volví a entrenar hasta 6 años después, teniendo ya 3 hijos... Me liaron y volví a las pistas con 29 años. En una prueba de 800 metros, batí el record del Atlético San Sebastián, dejándolo en 1:54... En la final del Campeonato de España quedé quinto con 1:51-3, que era record absoluto de Gipuzkoa.
- En la concentración previa para los JJ OO de Munich (1972) quedé 3º en una carrera de 1.000 metros, con 2:25-9, que era record de Gipuzkoa y la 3ª o la 4ª mejor marca de España... pero me lesioné y no me seleccionaron... Estuve escayolado con una tendinitis muy seria.
- Es que con el ritmo de trabajo que llevaba, era imposible. Me levantaba a las 6 de la mañana. Comía a las tres y vuelta a trabajar hasta las siete. Luego, coger el camión y corriendo a Anoeta a entrenar. Cenar y a dormir, y al día siguiente lo mismo... He llegado a entrenar saliendo a las 10 de la noche de trabajar, ir a Anoeta, y entrenar en la pista con la luz de los faros del camión. Estábamos pirados...
- Los entrenamientos... Recuerdo uno que era hacer 10x200 metros, en 25", con una recuperación de 30"... Antes se entrenaba mucha calidad y muy poca cantidad. Nosotros rara vez hacíamos más de 7 km rodando.
- En el 800, cuando he hecho buenas marcas, siempre llegaba bien. Sin embargo, cuando metía 'pufo', llegaba hecho un cromo.
- Mugi (su entrenador)... Cuando tenía un atleta nuevo, como el que no quiere la cosa, iba a la ducha a verlo, y viéndole el cuerpo, ya se hacía una idea de qué iba a dar de sí... Él pensaba que el atletismo de calidad terminaba en el 800 y el 1.500. A partir de ahí, decía que eran una 'mataos'.
Cuenta Jesús Mari Goñi: 'Ver correr
a Matías era como ver un velero por La Concha, que parece que se mueve sin
esfuerzo. Matías era la imagen de la facilidad... Yo creo que nunca ha
sido consciente de sus posibilidades ni de su capacidad. Eso le
ha hecho correr muy relajado'.
En esta segunda foto le vemos con el 47 en la etapa final de su carrera. Estas son sus mejores marcas,
conseguidas -recordemos- en pistas de ceniza:
400 m
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49"-0
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800 m
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1':51"-3
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1.000 m
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2':25"-9
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1.500 m
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3':53"-4
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Cuando hicimos aquella
entrevista, tenía 55 años y nos ha dejado con 78. Descanse en la paz
que sin duda merece por su bondad.
Muchas gracias Gabriel soy el hijo pequeño de Matías no te conozco pero este texto es precioso con datos que incluso yo ignoraba. yo no conocí su época de plenitud como atleta pero se que fue profundamente feliz todos aquellos años. Ver que hay tanta gente que apreciaba a mi padre me hace feliz. Muchas gracias Gabriel otra vez. Un abrazo
ResponderEliminarTu aita era un gran tipo, Josu. Estaría encantado de daros una copia de la 'entrevista'. Tu hermano Javier ha contactado conmigo por Twitter y tiene mi teléfono para que contactéis conmigo. Un fuerte abrazo y muchos ánimos.
EliminarHola Gabriel, soy Javier y estamos emocionados con tus hermosas palabras. Yo vivo en Madrid pero el puente del 6 de diciembre y en Navidad estaré por Donostia. Espero que podamos quedar y tomar un café cualquier momento que puedas. Un saludo y hasta pronto.
ResponderEliminarConocí a Matías me alegro de tu escrito fue un gran atleta y mejor persona
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