Nunca imaginé que dejar de trabajar diera tanto trabajo. Ayer cumplí 63 años y desde hoy ¿disfruto? de mi jubilación, tras más de cuarenta años de trabajo, en los que he disfrutado muchísimo, mientras crecía personal y profesionalmente.
Los últimos días han sido de tal actividad que una de mis prioridades, este blog, la he tenido que aparcar. Mañana volveremos con las carreras que tenemos pendientes.
Hoy quiero agradecer a los centenares de personas que ayer dedicaron un momento a felicitarme por mi cumpleaños. Creo que he contestado a todos los que lo hicieron por Facebook o por Twitter. Si me he olvidado de alguno, le agradezco desde aquí el detalle.
Creo que contesté todos los e-mails y whatsapp, atendí todas las llamadas y me encontré con sorpresas como la felicitación de Ramón en el garaje, cuando entraba con su coche, con la que a gritos y por gestos me hizo Alberto mientras corría por el Paseo Nuevo, o los dos besos que me dio Virginia cuando me la encontré por el Paseo de La Concha, sólo por citar tres curiosidades.
Empieza una nueva vida que espero saber gestionar, eligiendo bien a qué dedicar el cada vez más escaso tiempo de calidad que me queda.
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