martes, 24 de enero de 2017

IDIAZABALGO XXXVII. HERRI KROSA

Salida del año pasado, con Javier Nagore en cabeza
El domingo 29 de enero, a las 12:00 se celebrará la XXXVII edición de una de las mejores carreras que se celebran en Gipuzkoa y por ende en Euskadi: la de Idiazabal, la que reparte 350 medios quesos, la que sólo cuesta 5 €, la que da tres vueltas a un circuito de 3.525 metros que va de punta a punta de un pueblo en el que todos se echan a la calle para organizar, ayudar, animar y aplaudir, formando un pasillo humano de 10.250 metros de largo, perfectamente vallado y señalizado, que se hace muy estrecho por el calor y el entusiasmo que pone el público local.

Una organización sobresaliente
Es un circuito casi en línea recta, de ida y vuelta, salvo la parte inicial-final por el casco urbano. Es un circuito con poco desnivel y con una cuesta corta, pero que pica, y con una recta final que pone los pelos de punta.

Ningún detalle se queda sin atender, desde el aparcamiento, hasta las fotos, las duchas o el avituallamiento, que es de los que merece la pena.

Yo la descubrí hace dos años. El año pasado no pude volver y el domingo tengo otras prioridades familiares, que estoy intentando modificar para estar allí y disfrutar de la fiesta.

Un pasillo humano
Los records de la prueba los tienen dos atletas bien conocidos: el navarro Javier Nagore, con 31:38, conseguidos el año pasado, y la casi local Izaro Rubio, que tiene 38:53 desde 2015 y que también ganó el año pasado. En 2013 y 2014 ganó la eibarresa Cristina Loeda.

El también embarres Asier Cuevas ganó en 2015, Beñat Arnaiz en 2014, Txuri en 2013 y el vitoriano Toñín Blanco en 2012.

Es una carrera que se mueve en el entorno de los 600 atletas clasificados, en la que se puede correr muy rápido o muy tranquilo. A gusto del consumidor. 

Si la conoces, no necesita recomendación. Y si no la conoces ¿a qué estás esperando?

1 comentario:

  1. Es una pena que coincida con el Cross de Lasarte, pero fuí un par de años y la calidez de la organización y el ambiente en el pueblo son dignos de elogio, y efectivamente debe haber bastantes lotes, pues yo también me llevé uno con el queso y demás.

    Muy recomendable, y la prueba de lo que se puede ofrecer por un módico precio, es decir, algo popular en el mejor sentido.

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