sábado, 21 de diciembre de 2019

Salvando los muebles tras un entrenamiento fallido


Lo que sigue es el whatsapp que me mandó ayer un profesor de matemáticas en un Instituto de Navarra, que tenía programado el jueves un entrenamiento que no pudo llevar a cabo por culpa del vendaval que le castigó en la pista de ¿?

No sé si es más de la Real o del Barça; lo que sí sé es que es visceralmente antimadridista.

También sé que ayer era el el último día del primer trimestre del curso escolar.

Allá va:

Después del decepcionante intento fallido de ayer, por culpa del vendaval; después de  un cabreo monumental, al más puro estilo Roncero,  tras una de las incontables goleadas sufridas en los clásicos; después de un partido amistoso Alumnos vs Profesores, con tres pases al hueco que ni Messi ni Xavi igualarían, un autopase a lo Bomba Rekarte, y patas post-partido como piedras; después de una buena comida, una siesta en condiciones y un corte de pelo absolutamente necesario; me he plantado en la pista de Berazubi, con más orgullo que vergüenza torera, para sacar adelante el entreno que tocaba ayer. Los tiempos que nos han salido, a mis patas y a mi fortaleza mental made in X (aquí venía un nombre propio, que ocultaré detrás de la X, para no atentar contra la Ley de Protección de Datos) han sido los siguientes:

Series
Recu
Tiempo
1.000
2'
0:03:20
1.500
3'
0:04:59
2.000
3'
0:06:39
1.500
3'
0:05:00
1.000

0:03:08

El último 1.000 con estrategia al estilo Y (seguimos con la Ley de Protección de Datos): el primer 500 en 1’32’’ y el segundo en 1’36’’. Salvando los muebles como se ha podido.

Mañana descanso y buena dosis de txistorra

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