Lo que sigue es el whatsapp que me mandó ayer un profesor de matemáticas en un Instituto de Navarra, que tenía programado el jueves un entrenamiento que no pudo llevar a cabo por culpa del vendaval que le
castigó en la pista de ¿?
También sé que ayer era el el último día del primer trimestre del curso escolar.
No sé si es más de la Real o del Barça; lo que sí sé es que es visceralmente antimadridista.
También sé que ayer era el el último día del primer trimestre del curso escolar.
Allá va:
Después del decepcionante intento fallido de
ayer, por culpa del vendaval; después de un cabreo monumental, al más puro estilo
Roncero, tras una de las incontables
goleadas sufridas en los clásicos; después de un partido amistoso Alumnos vs Profesores, con
tres pases al hueco que ni Messi ni Xavi igualarían, un autopase a lo Bomba Rekarte, y patas post-partido como piedras; después de una buena comida, una siesta en condiciones y un corte
de pelo absolutamente necesario; me he plantado en la pista de Berazubi, con
más orgullo que vergüenza torera, para sacar adelante el entreno que tocaba
ayer. Los tiempos que nos han salido, a mis patas y a mi fortaleza mental made
in X (aquí venía un nombre propio, que ocultaré detrás de la X, para no
atentar contra la Ley de Protección de Datos) han sido los siguientes:
Series
|
Recu
|
Tiempo
|
1.000
|
2'
|
0:03:20
|
1.500
|
3'
|
0:04:59
|
2.000
|
3'
|
0:06:39
|
1.500
|
3'
|
0:05:00
|
1.000
|
0:03:08
|
El último 1.000 con estrategia al estilo Y
(seguimos con la Ley de Protección de Datos): el primer 500 en 1’32’’ y el
segundo en 1’36’’. Salvando los muebles como se ha podido.
Mañana descanso y buena dosis de txistorra.
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