Pero la bomba informativa saltó la semana pasada: Tito Vilanova recaía en su enfermedad y causaba baja como entrenador del primer equipo.
¿Os sorprendió esa noticia?. A mí no. Sin ser para nada un experto, una persona de su edad y con su evolución, tenía, en mi opinión, un riesgo cierto de recaer. Lo que sí me sorprendió es que el F.C. Barcelona no presentara inmediatamente al nuevo entrenador, dando la la impresión de que no contaba con un plan de contingencias, con un 'plan B', en previsión de que pudiera suceder algo que entraba dentro de lo probable.
Cualquier empresa que se digne cuenta con un plan de contingencia, que responde a un análisis de riesgos y propone acciones para mitigarlos. Viendo el resultado: la contratación de un técnico argentino, que se trae a su propio equipo, obviando las aportaciones del 'modelo Barça', suena a improvisación. Y puestos a pensar un poco del revés, invita a elucubrar con un borrón y cuenta nueva sobre la escuela de Cruyff y una capitulación a mayor gloria de otro rosarino como Messi.
Decía el poeta y dramaturgo alemán Friedrich Hebbel que 'Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él'.
Sospecho que a Rosell y Zubizarreta el 'destino' les ha cogido la delantera.
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