viernes, 5 de marzo de 2021

Línea de fuego. Arturo Pérez-Reverte

'... las expresiones deformes que la muerte dejó en quienes hace poco eran, como él mismo, jóvenes y vigorosos. Cuánta desgracia, piensa. Cuánto dolor en familias, novias, padres, esposas, hijos. Cuánta fuerza, inteligencia, capacidad de trabajo y promesas de futuro malogradas de modo absurdo en esos trozos de carne inerte que se pudren entre los árboles, y a los que nadie da sepultura todavía.'

Así se expresa Arturo Pérez-Reverte, casi al final de Línea de fuego, su última novela, que narra un episodio de la batalla del Ebro de la Guerra Civil española, que arranca la noche del 24 al 25 de julio, cuando la XI Brigada Mixta del ejército de la República cruza el río para establecer una cabeza de puente en Castellets del Segre.

Las unidades militares, los lugares y los personajes que aparecen en las 740 páginas de esta novela son ficticios, aunque no lo sean los hechos ni los nombres reales en que se inspiran. Fue exactamente así como padres, abuelos y familiares de numerosos españoles de hoy combatieron en ambos bandos durante aquellos días y aquellos trágicos años.

Es una novel coral, con protagonistas en los dos bandos, con distintos comportamientos y motivaciones,  con sus luces y sus sombras, sus grandezas y sus miserias, que nos van cayendo más o menos simpáticos, más o menos odiosos, según nos los va perfilando el autor, un tipo que no deja a nadie indiferente, con un estilo propio y absolutamente reconocible.

A mí me encanta leerle, aunque discrepe a veces de sus posiciones y sus opiniones.

Así presenta la novela Arturo Pérez-Reverte en su página web: 'Cubrí varias de ellas como reportero, y hay un momento en que descubres que una guerra civil no es la lucha del bien contra el mal... Sólo el horror enfrentado a otro horror.'


No hay comentarios:

Publicar un comentario