En mi biblioteca física tengo tres libros de Javier Cercas. El primero que leí es Anatomía de un instante (2009), una interesante crónica del 23F que tal vez mereciera una revisión, Las leyes de la frontera (2012), ambientada en la Girona de 1979 y protagonizada por unos quinquis adolescentes y su posterior evolución, y Soldados de Salamina (2001), que fue la novela con la que consiguió vivir de la literatura.
Con Terra Alta (2019) ganó el Premio Planeta y es de esas novelas que tenía pendientes. Fui aplazando su lectura por aquello del Planeta y porque me había llegado algún input sobre el tratamiento que se hacía del procés. Tras su lectura, el procés es una circunstancia que apenas influye en la trama. Lamento haber esperado tanto tiempo.
En Terra Alta, Javier Cercas nos presenta a Melchor Marín, un delincuente juvenil, hijo de una prostituta asesinada, de padre desconocido, que tras pasar por la cárcel, donde se aficiona a la lectura, se reconvierte en Mosso d'Esquadra. No desvelaré más detalles de la trama, que le lleva a ser destinado en la comarca catalana de la Terra Alta, un lugar donde nunca pasa nada, donde conoce a la mujer de su vida, con la que se casará y tendrá una hija, y donde se enfrentará a la tarea de resolver un triple asesinato.
Dos días me ha durado la novela, que tiene 384 páginas plagadas de personajes memorables, bien construidos, que entran y salen de historia vibrante, dinámica, violenta por momentos, con una bonita historia de amor y una reflexión sobre el valor de la ley, su ejercicio, la justicia, la venganza y las viejas heridas de la Guerra Civil en una zona que fue escenario de la batalla del Ebro, de la que se ocupa Arturo Pérez-Reverte en Línea de fuego, novela que me ha ayudado a entender algunos aspectos de Terra Alta.
A mí me ha gustado muchísimo y ya estoy con la secuela: Independencia. Ya os contaré.
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