martes, 27 de junio de 2017

De qué hablo cuando hablo de escribir

O qué cuento cuando no tengo nada preparado para contar. Alguno estará esperando que hable de los Campeonatos de España de Veteranos (donde César Pérez ha batido el record de España M60 de 2.000 obstáculos, bajando bien de siete minutos) o de los de Juveniles, que requieren un trabajo previo y un tiempo del que mis estresantes vacaciones por la costa atlántica de Andalucía no me permiten disponer.

Tiraré por lo tanto del fondo de armario de mis últimas o penúltimas lecturas, poniendo en foco en los último o penúltimo de Haruki Murakami: De qué hablo cuando hablo de escribir.

Para los no iniciados, fijaos en la mención que Wikipedia hace de este novelista japonés, por quien algunos sentimos una admiración casi infinita.

Quizá alguno haya leído De qué hablo cuando hablo de correr, de la que casi plagia el título, obra menor de este runner que ha introducido el hábito de correr, sin mayores pretensiones, en una vida minuciosamente organizada.

He disfrutado con la lectura de esta obra, a la vez autobiográfica y explicativa de por qué  y para qué escribe, de cómo lo hace; y hasta de cuando y dónde.

Para quienes nos gusta escribir y carecemos de su talento, es una lectura imprescindible.

Me quedo con esta frase:

Tengo una tendencia innata a profundizar al máximo en las cosas que me gustan e interesan. No dejo nada a medias ni me digo a mí mismo a modo de excusa que ya es suficiente. No paro hasta que me doy por satisfecho, pero si la cosa en cuestión no me interesa, me ocurre todo lo contrario, soy incapaz de pasar de la superficie. No le dedico ni un segundo. Tengo claras mis preferencias, y si me veo obligado a hacer algo, cumplo por pura obligación en el menor espacio de tiempo posible.

Amen.

5 comentarios:

  1. Tiene "gracia" que no tenga el Nobel (y Bob Dylan sí).
    Como la vida misma.

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  2. Bob Dylan escribiría este párrafo –como lo haría Clint Eastwood– algo así como: "Siento como si estuviera golpeando en las puertas del cielo". El Nobel es un premio de apreciación, a diferencia del atletismo donde las marcas son objetivas.

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    1. Bueno, el atletismo tbien tiene su punto de apreciación; si vota la gente, seguro que un tío que hace 1h05' en la Behobia arrasa frente a otro que hace 29' en el 10.000m, verdad?

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    2. Pues no hay ni color. 29':59" (por poner la peor marca posible por debajo de 30') vale 955 puntos IAAF. 1:05:00 vale 854 puntos. No hay apreciación. Hechos y datos.

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  3. En el libro, Murakami habla de una entrevista que mantuvo en Nueva York, mientras los dos corrían, con el escritor norteamericano John Irving. Otro gran escritor, y que fue deportista de élite, además, en lucha. Aunque también practicó la carrera. Se me ocurre la novela "El mundo según Garp", en la que el protagonista salía a correr a menudo, y durante el instituto, si no recuerdo mal, estuvo en el equipo de fondo.
    Yo el Nobel se lo daría a Philip Roth.
    Felicidades por el blog, desde que lo conocí lo visitó todos los días (pues todos los días escribes un nuevo post!).

    Un saludo,

    Sergio A.

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