domingo, 28 de diciembre de 2025

Los 3.000s de Anoeta. Las luces E-RBI, un puntazo

Antes de seguir con las carreras de 3.000 metros celebradas ayer en el Velódromo de Anoeta, que registró una gran entrada, permitidme que me ocupe en este post de las luces que, en la cuerda de la pista, servían para marcar el ritmo a los corredores y para orientar al público de la marcha de la carrera y de las y los atletas que estaban dentro del objetivo, lo superaban y/o se iban alejando de él. Sus creadores, del entorno del Txindoki A.T,, organizadores del Meeting de Ordizia, las han bautizado como E-RBI.

Ya las habíamos visto en ese Meeting y llevamos mucho tiempo viéndolas en las reuniones de la Diamond League. Por cierto que, las marcas que se consiguen con ese 'dopaje tecnológico' -como lo ha bautizado alguien- son perfectamente válidas.


Ayer, E-RBI se estrenaba en el Velódromo de Anoeta y lo hizo a lo grande. De su despliegue y gestión se encargó el equipo del Txindoki A.T. que vemos en la foto flanqueando a la estrella de la tarde, Martin Segurola, que luce el premio al ganador, obra de Imanol González Gete. De izquierda a derecha: Angel Pérez Gilete Pululu, Iker Iztueta, Adel Ben Miloud Iztueta, Gorka Satrustegi, Eneko Agirrezabal, Josean Carrión y Egoitz Sukia.

Desde la grada, estuvieras donde estuvieras, las luces se apreciaban nítidamente y las referencias, bien explicadas desde la megafonía, eran claras y sencillas. Había dos grupos de luces: rojas por delante y blancas por detrás. La última luz blanca indicaba el ritmo objetivo. La unión de las luces blancas con las rojas señalaba que el atleta iba un segundo mejor y la primera luz roja, dos segundos mejor. Hubo un par de carreras en las que se rizó el rizo y unas luces verdes indicaban un ritmo más bajo o más alto que el objetivo.

En carreras con muchos corredores, en las que la cola del pelotón va lejos de la liebre, eran una señal inequívoca de la situación de cada atleta.

Pude contrastar mis impresiones con muchos espectadores y la percepción positiva era unánime.

No sé en qué medida ese complemento del E-RBI es exportable a otras organizaciones y no me atrevo a valorar el modelo de negocio que pudiera derivar de esa venta. De lo que estoy convencido es de que hay un gran trabajo por detrás y un gran producto.

En otro orden de cosas, en la generación anterior a la mía -que ya tengo 70 años- se afirmaba aquello de 'el buen paño en el arca se vende', para decir que un buen producto no necesita publicidad o 'marketing' para ser reconocido y vendido. Los 3.000s del Velódromo del final de año eran y son un gran producto, que tenía el reconocimiento de las y los atletas locales y de algunos atletas de fuera. Sin publicidad y sin marketing.

Este año, la Federación Atlética Gipuzkoana ha dado un paso al frente y ha decidido vender el producto, ponerlo en el escaparate,  en el calendario de la RFEA y vestirlo para la ocasión. Ayer, en cada una de las 21 carreras celebradas, las y los atletas pasaban por la Cámara de Llamadas, eran presentados uno a uno y entraban a la pista por un arco como los que se ponen en las metas de las carreras populares. Además, se añadió el extra ya comentado del R-ERBI. Mejora el espectáculo, la visibilidad y, en definitiva, el producto.

¡Ah! Hay otro viejo refrán que dice que lo que no cuesta no tiene valor. Por eso y porque organizar un evento de calidad como el de ayer cuesta tiempo y dinero, a mi modo de ver, está plenamente justificado el cobro de 10 € a los atletas de la F.A.G. y de 20 € a los de otras Federaciones.

El resultado fue excelente y los resultados deportivos acompañaron, con magníficas carreras y buen comportamiento de las liebres en los ritmos programados.

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