miércoles, 16 de octubre de 2013

La buena educación

'En España algo que nunca ha faltado son los defensores de la ignorancia'.

Así comienza Antonio Muñoz Molina un artículo titulado Memoria crítica, publicado en El País el pasado 26 de marzo. Merece la pena que lo leáis entero. Dejando aparte las generalidades que hace cuando se refiere a la Iglesia católica -que no comparto en cuanto que generaliza- coincido en sus hipótesis de partida y en las conclusiones a las que termina llegando: 

'... El conocimiento histórico o científico no son fardos inertes que esperan a ser consultados en la Wikipedia... nos pone en guardia contras las mani-pulaciones y los groseros embustes a los que son tan aficionadas las castas políticas y los ideólogos'

'... La inteligencia crítica se afila aprendiendo a distin-guir la información sólida y contrastada de la propa-ganda, el bulo y la calumnia'

Algo muy parecido dice el actual presidente de Uruguay, José Mujica, del que os hablaba hace unos días. Lo podéis ver en la imagen que he sacado del facebook de Julen Urio. Eskerrik asko!

Ahora que padecemos la tragedia del desempleo juvenil, estamos escuchando un mantra que se repite una y otra vez para hacer más sangrante la herida: 'Y eso pasa con la generación mejor preparada de nuestra historia'. Pues bien, yo no estoy tan seguro. Es cierto que nunca hemos tenido tantos titulados universitarios y es verdad que ahora los jóvenes estudian durante muchos más años que sus padres. Sin embargo, yo pienso que eso lo hemos conseguido bajando el listón de la exigencia, igualando por abajo, para llegar a una abundancia de títulos que valen muy poco porque no van asociados con buenos niveles de competencias reales, como lo prueban los resultados del informe PISA de adultos recientemente publicado, o que sólo una universidad española esté entre las 100 primeras del mundo.

Hemos conseguido una mejora anémica por abajo a costa de privarnos como sociedad del beneficio que supone para todos exigir a cada cual lo mejor que pueda dar de sí mismo.

En este estado de cosas, parece necesaria una reflexión seria sobre la educación y no tanto una ley, que no soluciona nada por sí misma. Y mucho menos una ley como la mal llamada Ley Wert, que no me he molestado en leer, porque bebe de dos fuentes contaminadas: la arrogan-cia intelectual y la imposición.

Termino con esta otra imagen que debo al facebook de mi gran amigo y maestro Josep Parés:

1 comentario:

  1. Eskerrik asko Gabriel,
    ¡Vaya diferencia! Cualquier parecido con nuestros gobernantes es pura coincidencia, el post que has puesto sobre Montoro...sin comentarios.
    Un abrazo.
    Julen.

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