miércoles, 9 de abril de 2014

Prueba de esfuerzo

Cada año, cuando me enfrento al reto que supone una prueba de esfuerzo, entro en un estado de nerviosismo que no es habitual en mí, ni siquiera en escenarios de máxima tensión, como puede ser una carrera. Y mira que me conozco el protocolo y que estoy en las expertas manos de Ricardo Jiménez, alguien que sabe lo que hace, al combinar el rol de médico con el de entrenador de atletas de fondo y medio fondo.

Para empezar, me suben las pulsaciones y la tensión. Alguien dirá que una tensión de 110/70 está muy bien, lo que pasa es que, de normal, yo suelo andar por 100/60. Y mi pulso en reposo en mucho más bajo que los 76 latidos por minuto registrados. Ya metidos en harina, cuando te enchufan los cables y empiezas la prueba en la cinta, mi preocupación es acertar con el momento de parar. Cuando era más joven, también era mucho más atrevido y he llegado a concluir la prueba al borde de la pájara y en grave riesgo de caerme y ser arrastrado por la cinta,  vaya usted a saber dónde.

Así que el lunes me lo tomé con calma y me apliqué aquello de ‘no hay medallas’. Los primeros 10 minutos, la cosa fue bien, con mejores sensaciones que en la prueba anterior, confirmadas después por los valores que iba dando la máquina. Mi umbral anaeróbico saltó a 164 pulsaciones por minuto, cuando rodaba a 4’:37”/km. Iba cómodo.

Todavía aguanté 5 minutos: a 4’:27”/km, a 4’:17”/km, a 4’:08”/km… Cuando me puse a 4’:00”/km le avisé a Ricardo de que empezaba a ir justo. Y cuando me puso la cinta a 3’:52”/km, le dije que ese sería el último minuto. Terminé bien y estoy seguro de que hubiera podido hacer un minuto más, por lo menos, a 3’:45”/km. Pero bueno, es lo que hay.

Y por encima de todo, me quedé tranquilo porque estoy casi en mi peso ideal, tengo un biotipo adecuado para la modalidad deportiva que practico, una condición física aceptable y mi comportamiento cardiovascular es normal durante la prueba y la recuperación.

Si, además, y de propina, me dan una hoja con ritmos de entrenamiento aconsejados, me queda la impresión de que es un dinero muy bien gastado

12 comentarios:

  1. No hay mejores manos en todo el país vasco. Todo atleta que se precie independientemente de su nivel debería hacer una prueba de esfuerzo al menos una vez al año

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    1. Así es, Jordan. Y lo dice alguien que sabe de eso, como atleta y como investigador.

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  2. David Díaz Hurtado9 de abril de 2014, 20:11

    Creo que debería de ser hasta obligatorio.

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  3. En mi opinión, los organizadores de las carreras populares tendrían que ponerse de acuerdo y pedir a todos los participantes a la hora de inscribirse un justificante de la realización de un reconocimiento médico. Menos disgustos seguro.

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  4. David Díaz Hurtado10 de abril de 2014, 23:00

    Karel, trabajo en Urgencias y no sabes la de gente que se atiende en la behobia a nada que haga un poco de calor. En Francia, es obligatorio el reconocimiento médico. Ojo, también digo que una prueba de esfuerzo y un electrocardiograma no descarta todas las enfermedad congénitas y/o anomalías del corazón, aún así ya es un primer paso,...

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  5. En definitiva se trata de minimizar riesgos y si bien es cierto que en medicina nada es absoluto , no lo es menos que los controles periódicos en deportistas que participan en competiciones permite "adelantarse" a muchas posibles situaciones desagradables. Si bien en mi opinión los organizadores de pruebas populares deberían exigir un certificado de haber pasado una valoración médica al menos cada dos años, lo que realmente resulta sorprendente es que no sea un requisito obligatorio para federarse en un deporte tan exigente como el atletismo.

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    1. Así es, Ricardo. Y sigo convencido de que es un dinero muy bien gastado. O sería más propio decir invertido.

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  6. Lourdes Oiartzabal11 de abril de 2014, 23:21

    Para federarse en triatlon, se exige certificado medico. E incluso para participar como popular, es indispensable.

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  7. Respecto a lo que comenta Gorka, por un lado en cuanto a para qué tipo de pruebas decir que hay una clasificación general de todos los deportes en base a sus componentes estático y dinámico diseñada por Mitchell en 1.994 que puede resultar orientativa. Se definen tres niveles en ambas variables (Bajo, moderado y alto). Por ejemplo las pruebas atléticas de fondo tienen un componente dinámico alto y estático bajo; la escalada tiene un componente estático alto y dinámico bajo... En general cuanto más alta es la suma de ambos componentes mayor solicitación orgánica y por tanto mayor necesidad de control. En cualquier caso, en mi opinión, toda actividad física a la que se le añade el componente competitivo precisa de un control periódico. Respecto a la normativa en otros países es muy variada: Italia desde hace ya muchos años tiene reglamentada la obligatoriedad de los reconocimientos para el deporte competitivo; sin embargo en países como EE.UU. aunque las asociaciones de cardiología lo recomiendan , no es legalmente obligatorio; otros como Francia lo exigen en las competiciones populares tanto de carrera a pie como duatlones o triatlones... En nuestra comunidad autónoma en la Ley del Deporte está contemplada la obligatoriedad para las fichas federadas, incluso existe un protocolo diseñado haca años incluyendo periodicidad y tipo de reconocimientos pero sigue pendiente de su implantación Como ves hay de todo. Desgraciadamente este suele ser un tema recurrente cada vez que se produce un episodio de muerte súbita practicando deporte. Creo que en esto, como en todo, no es buena política acordarse de Santa Bárbara cuando truena por lo que en aras al sentido común parece bastante claro lo que se tendría que hacer...aunque no se haga. Un saludo y perdón por la "chapa".....

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