lunes, 18 de julio de 2022

Asier Martínez gana la medalla de bronce en los 110 metros vallas

Tras pasar los Sanfermines en Dolomitas y recién estrenado el jet lag televisivo por el seguimiento del Campeonato del Mundo de Atletismo que se está celebrando en Eugene (Oregon), escribo este post feliz por la enorme carrera que ha hecho en la final de los 110 metros vallas el navarro Asier Martínez, un chaval de 22 años que compite al cien por cien y que da lo mejor de sí cuando más se le exige.



Ayer gano su serie, la tercera, metiéndose en la semifinal con 13.37. Hoy, a las 2:05 hora local, 17:05 de ayer en Eugene, ha sido segundo en la segunda semifinal, con 13.26, su mejor marca del año. 

En la tercera semifinal, el español Enrique Llopis, que había corrido las series en 13.58, ha sido octavo con 13.44, que le deja 16º en el sumario de los 24 semifinalistas. 

Y a las 4:30, en una final que ha arrancado son retraso por la descalificación de Devon Allen (USA), uno de los favoritos, que ha protestado repetidamente la decisión de los jueces, Asier Martínez se ha superado a sí mismo y ha sido tercero, detrás de Grant Holloway (USA), el  ganador de la primera semifinal y gran favorito, y Trey Cunningham (USA), que había ganado la segunda semifinal, precisamente por delante de Asier, aventajándole en 19 centésimas.

Grant Holloway ha ganado la final con 13.03, Trey Cunningham ha sido segundo con 13.08 y Asier Martínez tercero con 13.17, marca personal, tras un leve tropiezo en la primera valla y una tremenda remontada, que ha dejado al cuarto, el polaco Damian Czykier, a 15 centésimas (13.32).


Cierto es que la descalificación de Devon Allen, segundo en la tercera semifinal y la ausencia en la final del jamaicano Hansle Parchment, campeón olímpico en Tokyo y primero en la tercera semifinal, han allanado el camino a la medalla de Asier Martínez, pero no es menos evidente el talento competitivo de este joven atleta, nacido el 22 de abril de 2.000. Su anterior marca personal la hizo el año pasado en Tokyo, en la final de los Juegos Olímpicos (13.22).

El madrugón ha merecido la pena.

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