viernes, 31 de enero de 2020

1917


´La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran.’ (Paul Valéry)

1917 es una de las películas candidatas a los Oscar, tras ganar el Globo de Oro, como mejor película dramática, lo mismo que su director Sam Mendes, quien en los títulos de crédito del final, homenajea a su abuelo Alfred Mendes.

Ambientada en el frente de la Primera Guerra Mundial, cuenta la historia de dos jóvenes soldados ingleses, encargados de una peligrosa misión: entregar un mensaje en mano al coronel de otro Regimiento, ordenándole que cancele un ataque previamente planeado contra las fuerzas alemanas, atravesando las líneas enemigas y la tierra de nadie.

Una guerra absurda cuyo detonante, en 1914, fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, en Sarajevo, a manos de un joven nacionalista serbio. Una guerra que dejó cerca de diez millones de muertos y que acabó con la Europa conocida hasta entonces, que dominaba el mundo, de la que desaparecieron cuatro imperios: el ruso, el alemán, el austro-húngaro y el otomano. Una guerra de desgaste, en la que, hasta 1917, título de la película, apenas se produjeron avances, peleando en las trincheras, que quedan fielmente descritas en las imágenes de la película.

Es una película dura que, sin necesidad de recurrir a escenas violentas, nos presenta toda la crudeza de la guerra, el sinsentido de matar a alguien a quien de nada conoces y contra quien nada tienes, siguiendo las órdenes de quien a nada se expone.

El ingenuo entusiasmo de algunos soldados, el escepticismo y el resentimiento de los mandos intermedios, el afán de gloria de los militares de alta graduación, la utilización de las personas como carne de cañón, se nos van presentando a lo largo de las dos horas en las que estamos en tensión, esperando el desenlace de la misión y empatizando con ese soldado, que termina comportándose como un profesional, tras poner en gravísimo riesgo su vida.

Cien años más tarde, parece impensable que se pudiera llegar a situaciones como las que vemos en la pantalla, y sin embargo…

De visión imprescindible para quienes abominamos de la guerra y mucho más para quienes pudieren sentirse tentados de participar en alguna.

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