La séptima cita de la Diamond League 2022, el 18 de junio, tuvo como escenario el Stade Charléty de Paris. Un programa con 7 pruebas masculinas y otras 7 femeninas, en el que lo más destacado, a mi modo de ver, fue el concurso de triple salto masculino, dominado por tres atletas de origen cubano, de los que solo dos, a día de hoy, conservan la nacionalidad.
Ganó Jordan Alejandro Díaz, por solo centímetro a Andy Díaz, con el ahora portugués Pedro Pichardo a 17 centímetros.
En los 200 metros ganó el sudafricano Luxolo Adams y en los 400 un clásico, el bahameño Steven Gardiner.
El francés Benjamin Robert ganó los 800 metros, y el campeón olímpico de 10.000 metros, Selemon Barega, los 5.000 metros, los dos con muy buenas marcas.
Asier Martínez ganó su semifinal de 110 metros vallas con 13.30. En la final algo le debió pasar porque fue séptimo (13.69), en una carrera que volvió a ganar el americano Devon Allen.
Ausente Armand Duplantis, la victoria en el salto con pértiga fue para el belga Ben Broeders, con 5.80, la misma altura que superó Renaud Lavillenie.
En la competición femenina, tres campeonas olímpicas, Shelly-Ann Fraser-Pryce (100 metros), Shaunae Miller-Uibo (400 metros) y Valarie Allman (disco) presentaron sus credenciales para Eugene.
La nigeriana Tobi Amusan ganó los 100 metros vallas y Winfred Mutile Yavi (Bahrain) los 3.000 obstáculos, con un marcón: 8:56.55.
La ucraniana Yaroslava Mahuchikh siguió con su dominio en el salto de altura y la japonesa Haruka Kitaguchi fue la sorprendente vencedora del lanzamiento de jabalina.
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