De entre las trece acepciones que el diccionario de la Real Academia Española da a valor, me quedaré con la novena: 'Persona que posee o a la que se le atribuyen cualidades positivas para desarrollar una determinada actividad.'
También lo podemos expresar con esta fórmula:
Valor = (conocimientos + habilidades) x actitud. V = (c + h) x a
Como vemos, los conocimientos y las habilidades suman, cierto, como cierto es que la actitud multiplica.
Si nos fijamos en la definición de la RAE, dice que:
- posee o se le atribuyen
- cualidades positivas
- para desarrollar una actividad
Lo que viene a confirmar la ecuación.
Mi larga trayectoria profesional me
permite afirmar que las personas más valiosas con las que he tenido la suerte
de trabajar, tenían conocimientos y habilidades, en mayor o menor medida,
necesarios para desarrollar una actividad, pero con eso no basta. Para que esos
conocimientos y esas habilidades se valoren por encima de los conocimientos y
las habilidades de los demás, es imprescindible una actitud positiva,
orientada a la acción y comprometida con el objetivo que se persigue.
¿Y qué podemos entender por una
actitud positiva? Yo diría que esa actitud positiva se sustenta en un
comportamiento ético, íntegro, coherente, humilde, humano y honesto, con buenas
dosis de humor.
Nos viene un mundo en el que la
inteligencia artificial va camino de superar nuestros conocimientos y nuestras
habilidades. Lo que está por ver es que pueda mejorar la actitud de los mejores de nosotros.
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