domingo, 19 de abril de 2020

Me siento como una oveja

Coincidentes a veces, divergentes otras, enriquecedoras siempre, están siendo las aportaciones y los comentarios de dos buenos amigos, a los que aventajo en diez años de edad/experiencia, y a los que conocí en aquellos románticos años del Laister

Rafa Loyola, que fue un espigado fondista, devenido en nadador, trabaja en primera línea en la Sanidad Pública; y Xabier Erentxun, un sólido mediofondista, que bajó de  dos minutos en 800 metros y de cuatro minutos en 1.500, que sigue corriendo, trabaja como comercial y a quien supongo vendiendo desde casa, en el intervalo de pocos minutos, me han mandado un vídeo que os invito a ver y escuchar con atención. 

Son poco más de seis minutos protagonizados por un pastor francés, con una dicción casi perfecta... y con subtítulos. Aunque sólo fuera por practicar el idioma, merece la pena.

La figura del pastor se ha utilizado de forma recurrente por el cristianismo: el Buen Pastor, la oveja descarriada... 

En La rebelión de las masas, Ortega y Gasset explica cómo el pastor conduce a la ovejas y maniobra para conseguir sus fines, en una parábola del hombre-masa, casi igualmente aplicable a movimientos tan aparentemente antagónicos como el fascismo de Mussolini o la revolución bolchevique.

En el vídeo, el pastor explica cómo él solo es capaz de controlar, esquilar, vacunar, disciplinar y hasta sacrificar a miles de ovejas, con la ayuda de un perro, utilizando una sola herramienta: el MIEDO. 

Desde que el Gobierno de España decretó el estado de alarma, hace ya cinco semanas, ha utilizado y sigue utilizando el miedo para mantenernos a todos dócilmente encarcelados en nuestra casas, como si fuéramos ovejas.

Con la desinformación sistemática, con una escenificación en las que las fuerzas del orden público comparten protagonismo con científicos y sanitarios, van creando un caldo de cultivo y un clima de opinión que silencia cualquier pensamiento alternativo, ayudado por una oposición cerril, que no niega la mayor: el estado de alarma y el recorte de las libertades más elementales, cercenando la responsabilidad individual.

En esas comparecencias, los distintos representantes del Gobierno, en vez de explicar por qué faltan mascarillas o son defectuosas, por qué faltan EPIs, por qué hay tantos sanitarios contagiados, por qué España, a pesar del confinamiento, es el país con más muertos por el Covid19 por habitante del mundo... en vez de decir lo que van a hacer DE VERDAD para corregir esas deficiencias, con fechas, datos, responsables y compromisos... en vez de probar distintas soluciones para Madrid, con más cien muertos por 100.000 habitantes, que para Canarias, con 5, Andalucía con 11 y Baleares también con 11... dedican buena parte de esas comparecencias a hablar de denuncias, multas y encarcelamientos, cuando resulta que la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, nos guste más o nos guste menos, estamos mansamente encarcelados en nuestras casas.

Como dice el pastor en el vídeo: el miedo cortocircuita la reflexión. 'Me siento como una oveja', me decía Rafa. Y hablando de pastores ¡qué mala suerte hemos tenido con el que nos ha tocado!

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