sábado, 12 de diciembre de 2015

Marta Domínguez

El  1 de agosto de 1993 en el recién estrenado estadio de Anoeta vibramos con una ru-bia menuda, que lucía una cinta rosa en el pelo, y se llevó la medalla de oro de los 1.500 metros del Campeo-nato de Europa junior. Esa misma tarde, Reyes Esté-vez ganó el oro en los 1.500 metros masculinos y Mano-lo Martínez consiguió un tercer oro en lanzamiento de peso. Los dos siguieron com-pitiendo en esas disciplinas y consiguiendo títulos y medallas.

El caso de Marta Domínguez fue distinto. No consiguió entrar en la superélite de los 1.500 metros y migró, primero a los 3.000 y 5.000 metros y ya en su madurez a los 3.000 metros obstáculos, donde consiguió su mayor logro: campeona del mundo en Berlin, título del que le acaban de desposeer oficialmente al ser confirmada por el T.A.S. la sanción por doping que pesaba sobre ella.

Nunca fue atleta de grandes marcas y su presencia en el circuito internacional se limitó casi en exclusiva a los grandes campeonatos, donde cosechó títulos y medallas, con su eterna cinta rosa en el pelo y con una bravura que nos levantó decenas de veces de nuestras asientos.

Del triste espectáculo que están ofreciendo los medios, que sólo ponen el foco en el atletismo con las medallas y con el doping, me quedo con el riguroso estudio de Jordan Santos, de hace más de año y medio, que evidencia que Marta Do-mínguez no estaba limpia cuando consiguió sus últi-mas medallas. Hechos y datos.

Todo lo demás: las condenas, las generalizaciones, el ‘ya lo decía yo’, la utilización política, son para mí un molesto ruido de fondo, que ahoga el silencio de una dura palentina de 40 años recién cumplidos, que hizo del atletismo su vida. Un árbol robusto, caído con estruendo, del que todo el mundo se apresta a hacer leña. No me busquéis con el hacha.

Como dijo Rudyard Kipling:
Si puedes encontrarte con el triunfo y la derrota,

y tratar a esos dos impostores de la misma manera.

1 comentario:

  1. El triunfo y la derrota tienen diferentes interpretaciones; para mí, quien lo da todo, en su preparación, cuidado, perseverancia, mejora continua, etc, siempre triunfa, independientemente del puesto que alcance, y nunca sale derrotado, sino que hay quien le supera, y punto.

    Pero, esta chica, como bien describes, no se conformó con ganar en categorías inferiores, y quedar muy bien en sus pruebas naturales (1500, 3000), sino que quiso más a cualquier precio, e hizo trampas, y consiguió lo que para ella (y esta sociedad) es triunfo, aunque con el tiempo (y a pesar de todos los movimientos al más alto nivel por taparlo) ha quedado retratada, y esto sí que es una gran derrota.

    Y sin solución posible, y con un mal perder en el que solo demuestra otra enorme derrota, esta vez en lo personal.

    Una pena.

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