viernes, 7 de noviembre de 2025

70 años


Hace diez años, cuando cumplí 60, publiqué este post. La foto que lo acompaña está tomada en el césped de Anoeta. Un día después, correría mi 25ª B/SS en 1:46:25. Fue ese año que hizo tanto calor y yo me lo tomé con calma. Por primera y única vez, salí disfrazado para celebrar ese XXV aniversario. 


El domingo, aunque estoy inscrito, no saldré. Ahora mismo, me apetece más disfrutar como espectador que sufrir las miserias que me esperan para llegar a la meta. 

Decía hace diez años: '... espero que no olvidemos que la B/SS, antes que una fiesta sin par, es una prueba exigente y un proyecto que debemos abordar con la debida preparación y con mucho respeto.'

No digo que no la vaya a correr más. No sé cómo estaré dentro de un año. Sí sé que este año no estoy para correrla.

Decía hace diez años, el 11 de noviembre, tres día después de la carrera: '... Me gusta correr la B/SS y lo haré mientras el cuerpo aguante. Y cuando no pueda correr, me gustará estar -no sé muy bien dónde- animando a todos, del primero al último...'

El plan para el domingo es hacer la B/SS andando. Salvo que el tiempo lo desaconseje, mi mujer y yo saldremos de Behobia sobre las 7:30-8:00, con el objetivo de llegar a las proximidades del Alto de Miracruz para ver el paso de las y los primeros atletas.

Han pasado diez años desde que cumplí 60. Ya estoy jubilado y sigo durmiendo poco y viviendo mucho. Seguiría necesitando días de 30 horas al día, en vez de 24, para hacer todo lo que me gustaría hacer. Lo hago a otro ritmo -¡claro!- porque los años no pasan en balde y la velocidad de ejecución no es la misma. Soy consciente de que me queda poco tiempo, no quiero perderlo y tengo que ser selectivo con su uso. 

Hace diez años, citando a Stefan Zweig, decía: ‘No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre’.

Instalado en la vejez -qué son si no 70 años- con los análisis de un niño sano, la mente despierta e inquieta y con el desgaste de materiales´´ -Javier Colomo dixit- propio de la edad y de la caña que le he dado al cuerpo, espero, como hace diez años, que la muerte venga a recibirme cuando todavía tenga sueños, proyectos, ilusiones y afectos, más allá de la pura supervivencia.

Y -citando a Woody Allen, que sigue activo y lúcido a sus casi 90 años- Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida. Y sí... vivir en la Tierra es caro pero ello incluye un viaje gratis alrededor del sol cada año. 

La foto que acompaña este post está tomada el pasado mes de septiembre en las montañas de Andorra.

9 comentarios:

  1. ZORIONAAAAK a la wikipedia del atletismo y al que tanto hace porque nuestro deporte sea más visto 🩵🩵

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  2. Zorionak Gabriel, bikain ospatu dezazula zure urtebetetzea. Beste batzuk ere urteak betetzen ari gara, eta oraindik ere korrika egiteko ilusioari eusten diogu, bakoitza arrazoi desberdinengatik, baina badago bat guztiok batzen gaituena, eta zure blog zoragarria da, eskerrik asko eta segi horrela!

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  3. Zorionak Gabriel. Eres un crack con los datos. Un sbrazo

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  4. Grande Gabriel, las reflexiones de un deportista de 70 años con mucha vida en su interior....que nos mantiene informados a tod@s los runner. GODD SALVE KING

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  5. Gabriel, urte askotan irakurri nahi ditugu oraindik zure kronikak ! Segi horrela ! 👏🏼👏🏼👏🏼

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  6. Querido Gabriel,

    Tú, que has sido durante décadas la voz del atletismo en Euskadi, el cronista que ha sabido transformar el eco de una zancada en emoción escrita, mereces estas líneas, escritas desde la gratitud y el afecto.

    Te reconozco desde que yo tenía 25 años, y hoy, con mis 71, sigo viéndote con la misma admiración. Eres ese hombre de pluma fácil y mirada noble, de los que ya quedan pocos, que escribe como quien respira, con la pasión del que ama lo que cuenta.

    Y no, no debes sentirte viejo. Porque sigues haciendo cada día lo que te da sentido: informar, correr y vivir. Yo también continúo en esa senda, aunque a otro ritmo —¡cómo no!—, con la serenidad de quien acepta que el cuerpo ya no vuela como antes, pero el alma, si se cuida, nunca envejece.

    Hace tiempo pensaba que el paso de los años debía mirarse con solemnidad, casi con una cierta resignación. Pero ahora lo entiendo de otra forma. No hay que dar años a la vida, sino vida a los años, como decía George Meredith.

    Y eso es lo que tú haces, Gabriel: das vida a los años. Cada crónica tuya, cada palabra que compartes, es una respiración más en la memoria del atletismo y en la historia de todos los que te hemos leído, seguido y admirado.

    Yo, por mi parte, sigo corriendo la mía —mi pequeña carrera interior—, con la mente despierta, el corazón agradecido y la esperanza de que, cuando llegue el final, todavía me queden sueños por vivir y afectos que cuidar.

    Porque la vida, al fin y al cabo, no se mide en tiempo, sino en intensidad.

    Con cariño, respeto y admiración,
    Fernando

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  7. Querido Gabriel,

    Tú, que has sido durante décadas la voz del atletismo en Euskadi, el cronista que ha sabido transformar el eco de una zancada en emoción escrita, mereces estas líneas, escritas desde la gratitud y el afecto.

    Te reconozco desde que yo tenía 25 años, y hoy, con mis 71, sigo viéndote con la misma admiración. Eres ese hombre de pluma fácil y mirada noble, de los que ya quedan pocos, que escribe como quien respira, con la pasión del que ama lo que cuenta.

    Y no, no debes sentirte viejo. Porque sigues haciendo cada día lo que te da sentido: informar, correr y vivir. Yo también continúo en esa senda, aunque a otro ritmo —¡cómo no!—, con la serenidad de quien acepta que el cuerpo ya no vuela como antes, pero el alma, si se cuida, nunca envejece.

    Hace tiempo pensaba que el paso de los años debía mirarse con solemnidad, casi con una cierta resignación. Pero ahora lo entiendo de otra forma. No hay que dar años a la vida, sino vida a los años, como decía George Meredith.

    Y eso es lo que tú haces, Gabriel: das vida a los años. Cada crónica tuya, cada palabra que compartes, es una respiración más en la memoria del atletismo y en la historia de todos los que te hemos leído, seguido y admirado.

    Yo, por mi parte, sigo corriendo la mía —mi pequeña carrera interior—, con la mente despierta, el corazón agradecido y la esperanza de que, cuando llegue el final, todavía me queden sueños por vivir y afectos que cuidar.

    Porque la vida, al fin y al cabo, no se mide en tiempo, sino en intensidad.

    Con cariño, respeto y admiración,
    Fernando

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