al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón
Con esos versos de Antonio Machado comienza El corazón helado, novela de Almudena Grandes, que me ha tenido ocupado las últimas semanas. Es una obra larga, densa, con muchos personajes, que recorre la historia de España desde los años 30 del siglo pasado a los primeros años del siglo XXI.
Es una historia de miserias y grandezas, de traiciones y lealtades, de ganadores y perdedores. Y es también la historia de dos familias, que vienen a encontrarse en un amor loco, un amor fou, que decíamos entonces, que descubre una verdad de la que, después de tanto tiempo, a nadie le apetece recordar nada.
Como en la vida real, nadie es absolutamente bueno, ni absolutamente malo; y yo me pregunto en qué medida el contexto, el ámbito, el ambiente, las circunstancias y las oportunidades pueden condicionar nuestro comportamiento y hasta justificarlo, aunque resulte injustificable.
Escrito en una prosa densa, por momentos poética, invita a detenerse y releer. Para quienes, como yo, no pasamos de escritores aficionados, si es que llegamos, es un ejercicio de humildad y un baño de realidad. Como comentaba con un amigo, seria comparar a un corredor popular con Bekele. Así me he sentido yo mientras saboreaba esta magnífica novela, cuya lectura os recomiendo.
En el último año, he leído mucho a Almudena Grandes, he disfrutado enormemente con sus relatos y con la forma de contarlos, que en El corazón helado alcanza, a mi modo de ver, su cota más alta.
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