martes, 6 de agosto de 2019

Una proposición indecente

También este verano me voy a animar a compartir con vosotros unos relatos, que podrían ser el esbozo de una novela negra. Vamos con la primera entrega.

‘Todo el mundo tiene un precio. Es de ingenuos pensar lo contrario’ Era el misterioso whatsapp que le había mandado su agente la noche anterior, a las 23:45, seguido de otro que solo decía: ‘Hablamos’. A esas horas ya estaba en el segundo sueño y con el móvil en silencio.

Como cada día, la alarma del móvil sonó a las 5:00 y se despertó con una erección más dolorosa que placentera, que le dificultó la primera meada, esa que hacía sentado, justo antes de pesarse. La báscula marcaba 64,7 kilos, cien gramos menos que ayer.

Siguiendo su rutina, todavía desnudo, fue a la cocina, abrió el grifo, dejó correr al agua, llenó un vaso y se lo bebió. A continuación, puso a hervir un cazo de agua, al que metió dos huevos. Mientras se hacían, se puso unos boxers y abrió el móvil.

Además de los dos whatsapps de su agente, tenía tres de su novia: ‘Pagina 47’ ‘A las 20:00 en tu piso’ ‘Asegúrate de que estemos solos’ y uno de Kepa, su compañero de piso: ‘Despiértame a las 5:20’. Miró el reloj. Eran las 5:15 y le daba tiempo de recoger la ropa tendida.

Kepa contestó con un gruñido. Sacó los huevos, los peló y los dejó listos para el desayuno, que tomaría después del rodaje de la mañana.

Se quitó los bóxers, evacuó, se puso un pantalón corto, una camiseta de tiras, los calcetines  y las zapatillas y salió a correr a las 5:30, después de volver a llamar a Kepa y decirle que salía a rodar. Fue media hora alegre, en la que, si su Garmin estaba en lo cierto, corrió 7,84 km.

Cuando volvió, Kepa estaba desayunando y, antes de ducharse, se sumó a él. Ocho dedos de pan integral con tomate y las claras de los huevos, zumo de naranja recién exprimido y cuatro dedos más del mismo pan, con mantequilla y mermelada, junto con una taza de leche con Ricoré.

Mientras se duchaba, se acordó de que debía afeitarse para la cita de la tarde con su novia. Cinco minutos que no había previsto y que le obligaron a vestir los mismos pantalones de la víspera, cambiando la camisa por un polo azul.

A las 7:00 estaba en la plaza del Buen Pastor, esperando al bus que le llevaría hasta Beasain, donde trabajaba como becario en el área de ingeniería de CAF.

Antes de dormirse, contestó a su novia: 'Tengo entrenamiento las 18:00' 'Ten piedad de mí' y le recordó a Kepa: 'He quedado a las 20:00 en el piso con Aiora' 'Tenemos plan: el 47' 'No aparezcas antes de las 22:00' 

La llamada de pilló completamente dormido en el bus. Eran las 7:30 del 6 de agosto y era de su agente, un tipo con el que apenas tenía relación y que le conseguía algunas competiciones. No la atendió y siguió durmiendo.

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