Uno de los entrenadores que tuvo la paciencia de aguantarme como pupilo en los treinta y tantos años que llevo corriendo, antes de que el grupo hiciera la última serie, solía decir: 'No hay medallas'. Unos más y otros menos, todos guardábamos algo en los 6x1.000, los 10x400 o cualquier otra variedad del menú, para darlo todo en la última y mejorar los tiempos de las anteriores. Ayudaban los piques y el carácter competitivo que se supone a todos los atletas.
Hoy, a la vista de quienes nos hemos citado a las 8:00 delante del Bataplán, he recordado esa sentencia y he renunciado de salida a cualquier medalla.
Se estrenaban en el grupo Pablo Alonso, Juanjo Gibaja y su hija Ainhoa, especialmente bienvenida por su condición de chica y por rebajar notablemente la media de edad.
De los clásicos: Iulen Ibáñez, Iñaki Peña, Antxon Korta, las hermanas Guerrero: Hoki y Maitane, Javier Colomo, Juan Car Arregi. Van camino de serlo Álvaro Arrieta, Aritz Sorzabal y Gorka Pike. Sumo 14 y creo que no me olvido de ninguno.
Podríamos decir, ahora que termina el Tour, que la de hoy era una etapa de transición.
Así las cosas, Juanjo, Ainhoa y yo nos hemos quedado atrás y hemos hecho un rodaje en la línea de lo que mi plan de maratón tenía programado para hoy: sobre 5:15/km y en ligera progresión. Al principio, Ainhoa iba haciendo la goma. Sin embargo, a medida que olía la meta, se ha ido asomando a la cabeza, primero tímidamente y al final, ya por el Paseo de La Concha, muy decidida a llevarse la medalla.
Para el domingo que viene, mantenemos la convocatoria, aunque espero no ser de la partida por estar corriendo con un dorsal por Beasain, Lazkao y Ordizia. Sin opción a medallas, pero dispuesto a darlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario