domingo, 22 de septiembre de 2013

Protagonista: el Papa. 2ª parte

Seguimos con la entrevista al Papa Francisco. La prensa se ha quedado con esta frase: '... jamás he sido de derechas...'. En la página 9, el Papa habla de su experiencia de Gobierno: ' Mi gobierno como jesuita, al comienzo, adolecía de muchos defectos... Tenía 36 años: una locura. Había que afrontar situaciones difíciles, y yo tomaba mis decisiones de manera brusca y personalista... Mi forma autoritaria y brusca de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultraconservador... No habré sido como la beata Imelda, pero jamás he sido de derechas. Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas.

Más adelante, al final de la página 11, podemos leer: 'Esta Iglesias con la que debemos sentir es la casa de todos, no una capillita en la que cabe solo un grupito de personas selectas. No podemos reducir el seno de la Iglesia universal a un nido protector de nuestra mediocridad. Y la Iglesia es Madre. La Iglesia es fecunda, debe serlo. Mire, cuando percibo comportamientos negativos en ministros de la Iglesia o en consagrados o consagradas, lo primero que se me ocurre es: 'un solterón'. 'una solterona'. No son ni padres ni madres. No han sido capaces de dar vida. Y sin embargo cuando, por ejemplo, leo la vida de los misioneros que fueron a la Patagonia, leo una historia de vida y de fecundidad'.

Inmediatamente antes de lo que dijo respecto del aborto o los homosexuales -carnaza que ha acaparado los titulares de los medios- esta hermosa frase con la que expresa su visión de las prioridades de la Iglesia: 'Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar!. Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas. Y hay que comenzar por lo más elemental'.

Se muestra muy prudente sobre el papel de la mujer en la Iglesia: 'Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la solución del 'machismo con faldas', porque la mujer tiene una estructura diferente del varón... Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar... En los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino. Afrontamos hoy este desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer incluso allí donde se ejerza la autoridad en los varios ámbitos de la iglesia'.

Dejo para mañana la última parte de la entrevista, en la que habla de certezas y errores, de la esperanza, y de fronteras y laboratorios, una bella metáfora para explicar su idea del papel de la iglesia en estos tiempos.

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