Si el martes hablábamos del exitoso debut en el maratón
de un ya veterano atleta irundarra, Jose
Gómez de Arriba, subcampeón de Gipuzkoa y séptimo clasificado en el 42 Zurich Maratón de Donostia, hoy
vamos a poner el foco en el atleta que entró justo por delante, haciéndose con
el título de campeón, el joven azkoitiarra Joseba
Díaz.
Su primera aparición en este blog data del 30 de mayo de
2015, cuando hablamos de Joseba Díaz, un azkoitiarra en Soria.
En ese post hacíamos referencia a la pista, superficie en
la que apenas ha competido y en la que su marca más destacada es 8:57.79 en 3.000 metros, que data de 2016.
Donde sí ha competido más es en cross y, sobre todo, en carreras de montaña,
especializándose en los kilómetros verticales, modalidad en la que, este año,
ha ganado la prueba de Arredondo (Cantabria) y el Campeonato de España por
Equipos.
Anunciando su magnífico estado de forma, este otoño había ganado la Media Maratón Euskal Kosta y la Carrera de las
Murallas de Pamplona.
Las raíces de su debut en el maratón las tenemos que
buscar a finales de abril y así nos las cuenta Agustín Ruiz, compañero suyo del Xeye y amigo, a quien vemos en la foto de abajo, tirando de Xavi Barrena:
Esta
historia comienza un 27 de abril,
sobre la 13h. del mediodía, en Azkoitia. Estaba en un bar tomándome algo,
cuando se me acercó mi amigo Joseba:
- Agus, tengo un sueño.
- ¿Qué te pasa? –le pregunté.
- He visto la maratón de Madrid, y todavía tengo los pelos de punta -seguidamente me dice: ¿Nos vamos a correr la maratón de Sevilla el año que viene, a hacer 2:34/2:35?
- Estás loco –le contesté- ¿Hasta Sevilla? Imagínate que petas. No conoces nada en Sevilla y al final tendrías que llegar a meta incluso casi muerto. ¿No será mejor que hagas la maratón de Donosti? Si te pasa cualquier cosa, sabemos dónde estás y podemos ir a por ti. Y si la haces, yo te ayudo.
- Vale –fue su respuesta.
Esta fue nuestra pequeña conversación, y ahí se quedó el asunto. Llegó el
mes de septiembre, yo
estaba lesionado por un golpe en la espalda y un día me encontré a Joseba, quien me
comenta:
- Agus, para la maratón de Donosti vamos a ir 2:30.
Mi cara se iluminó con una sonrisa, mi amigo estaba fuerte y con ganas… pero yo sin entrenar, a lo que le respondí:
- ¡O.K! Te ayudaré todo lo que pueda, hasta el kilómetro que pueda.
Pensé que tenía que ponerme las pilas. Se me fueron
todos los dolores y empecé a entrenar como nunca antes había entrenado.
En el mes de octubre
me comenta Joseba:
- Agus, estoy muy fuerte, vamos a ir algo más rápido.
Me alegré por lo fuerte que se encontraba, pero empecé
a preocuparme porque no sabía si podría ayudarle de verdad. Cada vez tenía más dudas, pero, a la vez,
estaba más motivado.
Es mi amigo –pensaba- y hasta que me caiga al suelo, le ayudaré.
Yo seguía entrenando y Joseba cada vez estaba mejor. Me contaba sus entrenamientos y lo ilusionado que estaba y
yo mientras tanto,
a lo mío.
Un día, quedamos varios amigos en Azkoitia para hacer
un entrenamiento con vistas a la maratón. 20 kilómetros a 3:40. Se lo comenté a Joseba y aceptó venir con nosotros.
Llegó el domingo 3 de noviembre, tres semanas antes del maratón, el día que habíamos quedado. Todos íbamos en pantalón corto y camiseta a pesar del
viento que hacía, excepto Joseba, con mallas y una xira gordita. Empezamos a calentar y le digo:
- Jos, vamos a empezar ya. ¿No te vas a cambiar?
- No, voy así –me contestó.
Mi cara era un poema. Hacía mucho viento, llovía y teníamos por delante 20 kilómetros a un ritmo bueno.
Empezamos el entrenamiento, Joseba, Marcos e Imanol tirando del grupo. Habíamos
asumido que con ese viento no haríamos el ritmo que teníamos pensado, pero lo intentaríamos. Marcos nos ayudó hasta el kilómetro
10/12 y Joseba en todo el
entrenamiento, sin
fallar ni un
segundo, aun teniendo el viento en
contra.
Yo miraba a Joseba y me quedaba sorprendido. ¡Que
fácil le resulta, ni
se inmuta!
-pensaba para mí.
Cuando terminados los 20 kilómetros, agotados, Joseba,
como
quién va a ir a comprar el pan, me dice:
- Agus, yo voy a seguir 4 ó 5 kilómetros más.
Después de ese entrenamiento Joseba me dice que quizás va a ir más rápido, pero sin concretar. Yo ya tenía claro que poco le iba a poder
ayudar, pero estaba motivado y quería hacerlo.
Corrí en Ikaztegieta el día 16 y Joseba me
llamó:
- ¿Qué tal te ha ido?
- Muy bien, terminado muy fuerte. El último kilómetro a 3:16 y media de 3:22 -le contesté.
- Esa es mi liebre –me contestó… y empezamos a reírnos.
La víspera del Maratón, Joseba
me envió un mensaje: ‘Gonzalo Fuentes
va a ayudar a Jose Gómez de Arriba. Ritmo: 3:27. Vamos con ellos.’
Hago las cuentas y veo que sale un tiempo sobre 2h:25´.
‘O.K. Lo que tú digas’ –le contesto.
Y por fin llegó el día de la carrera. Los nervios, la presión, todo se palpaba. En cambio, Joseba estaba muy tranquilo y relajado,
calentando, sonriendo como siempre, un día más en su vida. Esa tranquilidad también se la dio el saber
que Pedro nos iba a ayudar.
Empieza la carrera, rápidamente formamos un grupo de gente en el que unos iban a hacer la Maratón y otros la Media. Yo
miraba a Joseba, le intentaba
controlar para que fuera cubierto. Gonzalo
llevaba el ritmo perfecto…y yo ya no podía hacer gran cosa.
Gonzalo iba a tirar hasta el 22 y yo
a ese ritmo no llegaría tan
lejos, por lo que
decido irme hacia atrás y ayudar a Xavi,
otro compañero del
equipo, que va a correr la Media.
Cuando terminamos,
nos vamos al Xanti a tomar un café. Xavi
estaba contento, ya que había conseguido su
objetivo, mientras yo estaba esperando que terminase Joseba.
Cojo el teléfono y llamo a Epi, el entrenador de Joseba:
‘¿Cómo va?’
‘Bien, un poco justo’
–me contesta.
Miro el reloj y pienso que tiene que estar al llegar, cuando le veo aparecer,
con cara
de sufrimiento, le grito y apenas me mira,
está agotado, pero le quedan 300 metros, va a ser campeón de Gipuzkoa y va a hacer 2h 24´, mejor de lo que
habíamos pensado.
Levanta las manos, satisfecho. La rabia, el duro trabajo de meses se ve recompensado. ¡Lo ha conseguido!
Todos los del equipo estamos fuera, esperando a que
salga, y por fin, después de un buen rato
conseguimos verle. Estaba feliz y con ganas de irnos a comer, como habíamos
quedado. Es él el que nos anima: ‘Venga, vamos.’ No se le ve nada mal, al contrario, está
muy entero.
Nos vamos a comer, muchas risas… y ¡cómo no! otro objetivo marcado… pero esta vez es él quien va a ayudarme a mí.
Aquí termina el relato de Agustín. No sé cuál es ese objetivo del que
habla, ni los siguientes objetivos de Joseba
Díaz, más allá de lo que he leído en alguna entrevista.
Lo que intuyo es que estamos ante un diamante en bruto, muy poco trabajado,
muy joven para el Maratón, que viene de las carreras de montaña, que le dan una
base de fuerza, que puede enriquecer en la pista, el cross, donde se ha
prodigado más, y en el asfalto. A mi modo de ver, es un atleta que podría
correr por debajo de 2:20… y más allá.
Sólo el tiempo y la prioridad que le quiera dar al Maraton tienen la
respuesta. Por mi parte, estaré atento a su evolución.
Estos fueron sus parciales, que demuestran la regularidad con la que corrió,
el momento en el que atacó para escaparse de Jose Gómez de Arriba (km 22) y lo bien que terminó:
Km
|
Parcial
|
Acumulado
|
||
Tiempo
|
Ritmo
|
Tiempo
|
Ritmo
|
|
5
|
0:17:28
|
0:03:30
|
0:17:28
|
0:03:30
|
10
|
0:17:04
|
0:03:25
|
0:34:32
|
0:03:27
|
15
|
0:17:35
|
0:03:31
|
0:52:07
|
0:03:28
|
Medio
|
0:20:44
|
0:03:24
|
1:12:51
|
0:03:27
|
30
|
0:29:16
|
0:03:17
|
1:42:07
|
0:03:24
|
36
|
0:21:08
|
0:03:31
|
2:03:15
|
0:03:25
|
41
|
0:16:58
|
0:03:24
|
2:20:13
|
0:03:25
|
Meta
|
0:03:57
|
0:03:18
|
2:24:10
|
0:03:25
|
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