La prensa del lunes recogía ampliamente el gran espectáculo ofrecido por el casi centenar de atletas que corrieron la carrera de élite y federados en la 91 edición de los 10 K Gimnástica de Ulía.
Esa misma prensa se hace eco de las victorias de Hassin Hassaous García, atleta con licencia por la Federación Navarra, séptimo clasificado en el Campeonato de Europa de Cross, a quien vemos llegando a la meta en la foto de Félix Sánchez Arrazola; y Laura Méndez, olímpica en Tokyo, que tiene 2:29.28 en Maratón.
Aquí, además de poner la clasificación, en la que puede faltar algún atleta porque debió haber algún malentendido con la cámara de llamadas, vamos a fijarnos en los atletas locales.
El primero fue el triatleta Gonzalo Fuentes (13º), que aventajó en cuatro segundos al montañero Julen Ozaeta (15º). Ander Sagarzazu (18º) sería el tercer atleta vasco, confirmando que ha vuelto con fuerza. Inmediatamente detrás entraban Iñaki Inda, Unai Ibarra, los navarros Atarratze Beñat Rota y Miguel Aristu, el alavés Koldo Ayesta, el veterano francés Lionel Petriacq, Endika Donnay, Imanol Larrañaga, Gontzal Bilbao, Javi Menta, Marcos Zaldibia...
En cuanto a las mujeres, la primera atleta vasca fue la veterana Ainara Urrutia (10ª), por delante de otra veterana, la montañera Maite Maiora (11ª). Tercera sería Maite Arraiza (13ª), a la que siguieron Aitziber Urkiola y Garazi Sampedro.
Son 17 mujeres por debajo de 40':00", a las que podríamos sumar 4 más en la carrera popular. Un buen indicador. Dicho eso, a mi modo de ver, hay un par de datos y reflexiones que quiero compartir aquí.
Empezando por las ausencias, si bien las hubo entre los hombres, yo he notado más las de las mujeres, quizá por aquello de que son menos y es más fácil echarlas de menos: Elena Silvestre, Sara Alonso, Aratz Rodríguez, Marisa Casanueva, Ane Zabala, Maialen Muñoz, Izaro Rubio, Naroa Sagarna... Estoy hablando de atletas gipuzkoanas.
La segunda tiene que ver con la oportunidad de que las mujeres corran con los atletas de élite, frente a la alternativa de que lo hicieran en la carrera popular, donde estarían mucho más arropadas y donde, incluso, las primeras serían cabeza de carrera. Recordemos que el ganador lo hizo con 33:44, tiempo que mejoraron las dos primeras clasificadas.
Si repasamos los tiempos de las 22 mujeres clasificadas, las seis u ocho primeras estuvieron más o menos en carrera, algo que no sucedió con las demás, que corrieron casi en solitario y contra-reloj.
Quizá hubiera una tercera vía, como la que me ha sugerido por teléfono Luis Jiménez, mi interlocutor de la organización: subir el listón de la carrera de élite a 40'.00" para los hombres y bajarlo a esos mismos 40':00" para las mujeres. Puede que todos salieran ganando.
En todo caso -y como decía el domingo- desdoblar la carrera de 10 K en dos ha sido un gran acierto, favoreciendo el espectáculo, evitando los doblados y permitiendo a los atletas y corredores populares disfrutar como espectadores.
Y es que el domingo, tal vez -me falta confirmarlo con datos- pudimos asistir a la mejor carrera de 10 K nunca celebrada en Gipuzkoa, con nada menos que seis hombres por debajo de 29 minutos y otras seis mujeres por debajo de 35 minutos.
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