A medida que se
aproxima el día D y la hora H, con todos los entrenamientos completados, el
dorsal recogido, la ropa elegida, las zapatillas listas y todo el ritual que
rodea a un maratón, incomparable al de cualquier otra carrera, nuestra
preocupación se dirige a algo que no está en nuestras manos: el tiempo, la meteorología.
Ahora que
disponemos de tantas herramientas y tantas fuentes de información, podemos
actualizarlo casi al momento. A dos días vista, se anuncia una jornada lluviosa y fría, condiciones complicadas para correr un maratón y que pueden empeorar a nada que al viento le dé por sumarse a la fiesta para reventarla.
Seguro que casi
todos los que van a correr, nada más levantarse, actualizarán la
información meteorológica y será el momento de tomar algunas decisiones. Hace
muchos años, me enseñaron esta ecuación:
DECISIÓN
= INFORMACIÓN + RIESGO
Cuanta más
información tengamos, menos riesgos tendremos que asumir, pero siempre hay un riesgo.
Y la decisión más importante que tendréis que tomar quienes vayáis a
correr el Maratón de Donostia es qué riesgo vais a asumir. Quiero decir, qué
marca vais a buscar y qué ritmo vais a elegir.
Algunos lo tienen
claro: van a terminar sin buscar ninguna marca y a un ritmo asumible. Otros, se
la van a jugar y van a apostar por el mejor de los escenarios posibles, ese que
necesita poco menos que la alineación de todos los astros: ritmo constante + buenas
sensaciones + ausencia de viento + temperatura óptima + cero incidentes + + +
Algunos otros, más
prudentes, tendrán un plan B, para lo que es condición necesaria, aunque no
suficiente, llegar entero a la parte final de la carrera, esa que empieza a
partir del km 30, llena de emboscadas, con el muro acechando a cada paso.
Así como el
pronóstico del tiempo es cada día más fiable y prácticamente infalible a pocas
horas vista, los pronósticos que hacemos sobre nuestra capacidad para afrontar
y terminar un maratón, están sujetos a tantas variables que lo más normal es
que suceda algo que nos obligue a cambiar de planes y/o de objetivos. Por
introducir una sola variable, pensad en los más de treinta mil pasos que daréis
el domingo.
Así que, tanto si
te le vas a jugar, como si sales con objetivos más modestos, piensa en tener un
plan B y hasta un C y un D, que te permita disfrutar de la satisfacción de
terminar tu primer maratón o sumar uno más a la lista.
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