Tenía 17 años la primera vez que asistí como espectador al viejo estadio de Anoeta en la primavera de 1973. Era la última etapa de la Vuelta a España, una contrarreloj individual que ganó Eddy Merckx, por delante de Luis Ocaña. En su única participación, el que, para mí, ha sido el mejor ciclista de todos los tiempos, ganó la clasificación general, la clasificación por puntos y nada menos que seis etapas. La última, como decía al principio, terminaba en la pista de ceniza del viejo estadio de Anoeta.
Sí, en 1973 la pista de Anoeta era de ceniza. No recuerdo si el 9 de agosto de 1975, la segunda vez que yo iba allí como espectador, la pista seguía siendo de ceniza. Por las imágenes de Televisión Española, que podéis ver aquí, da la impresión de que el tartán, como se conocía entonces al material sintético, había sustituido a la ceniza. Como se puede ver en esas imágenes, el estadio estaba abarrotado, a diferencia del modernísimo estadio de La Nuncia donde ayer Dani Mateo mejoró el record de la hora del León de Becerril corriendo cien metros más en sesenta minutos: 20.593 metros
Si pensamos en la evolución del material (pistas, zapatillas...), métodos de entrenamiento, nutrición y un largo etcétera de capítulos, en estos 46 años, y lo traducimos en esos escasos cien metros, nos podemos hacer una idea de la hazaña de un atleta excepcional como lo fue Mariano Haro, 4 veces subcampeón del Mundo de Cross, 4º en el 10.000 de los JJ OO de Munich, 6º en el 10.000 de los JJ OO de Montreal, 11 veces campeón de España de Cross, 9 veces campeón de España de 10.000 metros, 5 veces campeón de España de 5.000 metros y 1 vez campeón de España de 3.000 metros obstáculos.
Pensando en esa evolución de materiales y medios ¿que marca hubiera podido hacer Mariano Haro?
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