Tengo un amigo que afirma que a él no le gusta el fútbol, que lo que a él le gusta es la Real. Acabo de escuchar en la radio a Iñaki Gabilondo diciendo que a él le gusta la Real mucho más que el fútbol. No es mi caso, a mí me gusta la Real y estoy confiado en que hoy ganará la Copa, pero me gusta más el fútbol que la Real.
En mis 65 años he visto mucho fútbol y si tengo que elegir un equipo, me quedo con la Naranja Mecánica del Mundial de Alemania 1974, aquella selección holandesa de Rinus Michels, liderada en el campo por Johan Cruyff cuya alineación podría citar de memoria: Jongbloed, el portero que jugaba con el número 8, y que era mejor con los pies que con las manos, Haan, Van Hanegem, Rijsberger, Krol, Suurbier, Neeskens, Jansen, Rep, Cruyff y Rensenbrink.
Aquel maravilloso equipo perdió la final con una Alemania rocosa, que se encontró perdiendo 1-0 en el minuto 1, por un penalty cometido sobre Cruyff y convertido por Neeskens. Ese sí que tiraba bien los penaltis, fusilando al portero. Aquella selección alemana practicaba un fútbol mucho menos vistoso, más previsible, pero era una apisonadora, que tenía jugadores tan elegantes como Beckenbauer (sólo Zidane, a mi modo de ver, le alcanza en elegancia), y tan demoledores como 'torpedo' Müller, que marcó el gol de la victoria en el minuto 43.
Los dos equipos jugaban al fútbol, cada uno a su manera, como lo hacen la Real Sociedad y el Athletic Club. Si aplicamos mi conocido mantra de hechos y datos, quienes deseamos que gane la Real tenemos motivos para estar confiados... sabiendo que en una final todo puede pasar y que, como dijo sabiamente Bujadin Boskov: 'Fútbol es fútbol'.
Vamos a disfrutar de la Final de Copa... y que gane el mejor.
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