El domingo pasado a estas horas estaba viendo la entrevista/publi-reportaje que Jordi Evole hacía a Eufemiano Fuentes, alguien a quien se puede aplicar aquello de que ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.
Él acabó brillantemente su carrera y yo cambié la medicina por la economía por razones que no viene al caso comentar ahora. Quizá en otro momento.
De la entrevista del domingo me llamó la atención que la diera y la única explicación que encuentro es que era un win-win para sus dos protagonistas, el entrevistador y el entrevistado, que salía del ostracismo y volvía a recuperar un protagonismo sin el que, tal vez, le resulte difícil transitar por la cotidianidad y el aburrimiento de un jubilado, como se declaró.
Si es cierto lo que declaró respecto de sus honorarios profesionales, debe tener el dinero por castigo. Además, de lo que me suena, creo que proviene de una 'buena familia' canaria.
Entonces ¿por qué se presta a esa exhibición?
A mi modo de ver, fue una entrevista trucada, como todo lo que rodea a Eufemiano, una entrevista en la que se señaló a algunos deportistas, como Fermín Cacho, o a algunos clubes, como la Real Sociedad, pero se pasó de largo de atletas como Marta Domínguez o ciclistas como Alejandro Valverde.
Una decepción y un mal rollo.
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