¿Te imaginas jugando un partido de basket con tus hijos de 18 y 13 años, a las 11:00 de la mañana, después de haber terminado un maratón, bien por debajo de 3 horas, poco antes de las 9:00? ¿Y hacer eso mismo todos los fines de semana y festivos?
He seguido con interés, asombro y admiración el reto de un atleta de 48 años que empezando el 24 de enero ha corrido 25 maratones, bien por debajo de 3 horas, dando vueltas a un circuito urbano de apenas 500 metros en Güeñes. Terminó el reto el pasado sábado, 16 de abril. No contento con eso, cambiando el asfalto de Güeñes por la cinta, el pasado lunes 18 de abril, hizo uno más en 2:47:22.
Como muchos maratonianos, es un atleta tardío, que empezó a correr cumplidos los 30 años, por recomendación de un amigo, más que por una cuestión física, por salud mental, para superar el agobio y el estrés de un trabajo muy exigente, con jornadas de sol a sol. Es lo que tiene ser autónomo.
Todavía recuerda sus primeras zapatillas, unas Adidas, y su primer rodaje, diez minutos, después de los que, por primera vez en años, durmió de un tirón. Eso sí, al día siguiente se levantó con el cuerpo y las piernas tan doloridos que apenas se podía mover con dignidad.
Siendo de Bilbao, aunque residente en Güeñes, encaja que su primera carrera fuera la Herri Krossa y que siguiera con la B/SS, hasta que le entró el gusanillo de correr un maratón.
Su primer maratón lo corrió en Bilbao, cuando era de día y tenía un recorrido de ida y vuelta por la ría, llegando hasta el Puerto Viejo y volviendo hasta el centro.
Desde que cruzó esa primera línea de meta, no ha dejado de correr ningún día, salvo fuerza muy muy mayor. Como dice Jose: 'Correr es mi medicina y como tal, si dejo de tomarla a diario, se rompe mi ciclo de vida.' Y lo hace atendiendo sus obligaciones profesionales y cumpliendo a rajatabla sus compromisos familiares como padre de Oier y Harrizen y como marido de Amagoia, a la que define como el motor de su vida.
En los 83 días que ha durado el reto, de lunes a viernes, a las 6:00 de la mañana ya estaba en su taller. Por la tarde, ha seguido los estudios de sus hijos y acompañado a su mujer. Los fines de semana, sábado y domingos y festivos, ha corrido un maratón cada día, madrugando a las 6:00, o antes, saltándose por unos minutos el toque de queda. Eso sí, a las 11:00 estaba en la cancha de basket con Oier y con Harrizen.
Y aquí lo dejamos por hoy. Mañana hablamos de esos 25 maratones y de alguno más.
Es un makina y como persona muy amigo de sus amigos ,lo da todo x todos,yo desde que le conocí y le pedí ayuda para correr es mi ídolo,es impresionante ,yo iba x allí a darle ánimos y ayudarlo en lo que podría y es admirable su capacidad de sufrimiento ������������
ResponderEliminar👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
ResponderEliminarIm presionante!!!!! En 2 palabras que diría Jesulin 😉