Empezaremos por la última, la final de 5.000 metros, con la victoria imperial de Sifan Hassan, que ha dado una última vuelta de 57" y que no ha acusado para nada el 1.500 corrido 12 horas antes, con caída incluida, en 4:05.17. Ha sido una carrera relativamente lenta, pasando por los 4.000 metros en 11:57 y haciendo un último mil en 2:39, para acabar en 14:36.79. Ha dado un primer paso en su objetivo de colgarse tres medallas ¿de oro? en 1.500, 5.000 y 10.000 metros, algo nunca visto en el atletismo olímpico. La vemos en la foto de Félix Sánchez Arrazola.
Segunda ha sido la keniata Hellen Obiri (14:38.36), también segunda en Río 2016 y doble campeona del mundo en Londres 2017 y Doha 2019. Tercera ha llegado la etíope Gudaf Tsegay (14:38.87). Trece de las quince finalistas han bajado de 15:00.
La final de 3.000 metros obstáculos ha sido un recital del marroquí Soufiane El Bakkali (8:08.90), que ha dominado la carrera sin dar la cara hasta última vuelta en la que ha arrasado a todos sus rivales. Lamecha Girma (ETH) ha sido segundo con 8:10.38 y el keniata Benjamin Kigen (8:11.45) se ha tenido que conformar con la medalla de bronce en una carrera típica de gran campeonato.
Sandra Perkovic no ha podido reeditar las medallas de oro de Londres y Río en lanzamiento de disco y se ha tenido que conformar con la medalla de chocolate, un cuarto puesto, con un lanzamiento de 65.01 en su tercer intento.
La lluvia, que a empezado a caer torrencialmente nada más comenzar la final, ha condicionado el concurso, hasta el punto de obligar a suspender la competición durante casi una hora. Las primeras en lanzar, como Valerie Allman (USA), gran favorita, se han beneficiado de una superficie que no resbalaba. Su primer lanzamiento: 68.98 ha sido imbatible.
La medalla de plata ha sido para la alemana Kristin Pudenz con 66.86, marca personal, y la de bronce para la cubana Yaimé Pérez (65.72).
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