Para los apasionados del medio fondo, entre los que me cuento, el milki es la prueba reina. Son tres vueltas y tres cuartos a una pista de 400 metros, tres minutos y medio, más o menos -para los atletas de la élite mundial- en los que pueden pasar muchas cosas y en los que hay que gestionar aspectos como la colocación, el ritmo, los cambios, la elección de las referencias y el momento de atacar o esperar la oportunidad de hacerlo, aquello a lo que nos referimos cuando decimos aquello de saber leer la carrera.
En Río 2016, sufrí una tremenda decepción, no por la victoria de Matthew Centrowitz, sino por el tiempo: 3:50.00, una marca impropia de una final olímpica.
Para mí, el favorito era Timothy Cheruiyot (KEN), un atleta de 25 años, campeón del mundo en Doha 2019, y líder mundial de la distancia, con una marca acreditada de 3:28.28, conseguida el pasado 9 de julio en Mónaco, Ese mismo día, Jakob Ingebrigtsen fue tercero con 3:29.25.
Los dos han salido decididos a que no se repitiera la historia de Río 2016. Jakob se ha puesto en cabeza al paso por los 200 metros y han pasado los 400 metros en 56.2, con el joven noruego en cabeza. A los 500 metros, ya estaba en cabeza Cheruiyot, que ha dado la segunda vuelta en 55", pasando por los 800 metros en 1:51.8, que predecía un tiempo por debajo de 3:30, lo nunca visto en una final olímpica.
Jakob Ingebrigtsen ha seguido su estela, lo mismo que el australiano McSweyn, el más valiente en series y semifinales.
Al paso por los 1.000 metros se les ha aproximado Abel Kipsang (KEN) y quinto y sexto marchaban los británicos Wightman y Kerr. Adel Mechaal, que ha visto la maniobra, se colocaba séptimo.
Al toque de campana, empieza a flaquear McSweyn, que sigue tercero, mientras Josh Kerr da caza a Kipsang y Mechaal es sexto.
A falta de 200 metros, está claro que el oro se lo jugarán entre Cheruiyot y Jakob. Kipsang es tercero, acosado por Kerr, y Mechaal quinto, cediendo unos metros.
Antes de entrar en la recta de meta, ataca Jakob Ingebrigtsen, Cheruiyot mira para atrás, señal de que no puede con el noruego, y Abel Kiopsang es todavía tercero. Mechaal, quinto, ya se ve sin opciones de medalla.
Mirando para atrás y celebrando la victoria, Jakob Ingebrigtsen, a sus 20 años, gana la medalla de oro de los 1.500 metros con record olímpico y de Europa: 3:28.32.
Timothy Cheruiyot es segundo con 3:29.01, acosado por Josh Kerr (23 años) que hace marca personal: 3:29.05 y entra en el selecto club de los atletas sub 3:30, lo mismo que Abel Kipsang (3:29.56).
Adel Mechaal hace la carrera de su vida y termina quinto con 3:30.77, marca personal y cuarta de España de todos los tiempo, por detrás de Mohamed Katir (3:28.76), Fermín Cacho (3:28.95) y Reyes Estévez (3:30.57).
Sexto, viniendo de atrás es Cole Hocker (USA, 20 años), que hace 3:31.40, marca personal.
Séptimo lleva el valiente australiano Steward McSweyn (3:31.91) y octavo el polaco Michal Rozmys (3:32.67, marca personal).
Ignacio Fontes, fuera de carrera desde el principio, es 13º en 3:38.56, una marca más que digna, pero alejada del enorme nivel de la mejor final olímpica de 1.500 metros de la historia.
A sus 20 años, Jakob Ingebrigtsen es campeón olímpico de 1.500 metros, campeón de Europa de 1.500 y 5.000 metros al aire libre, doble campeón de Europa de 3.000 metros en pista cubierta y campeón de Europa de 1.500 en pista cubierta. ¿Dónde está su techo?
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