lunes, 22 de marzo de 2021

Otra forma de competir

Llevamos un año tan raro que se nos empieza a olvidar cómo era la vida antes de que...

Para el carro, Gabriel, que el 12 de febrero tomaste la decisión de guardar silencio sobre el monotema.

Bueno, la cosa es que llevamos más de un año sin apenas oportunidades de competir con fundamento, entrenando sin objetivos y en unas condiciones que, en ocasiones, rozan la clandestinidad. En este escenario, cualquier ocasión es buena para buscar la motivación de ponernos unas zapatillas y quitarnos de encima la pereza, la molicie y los malos pensamientos que afloran en la ociosidad.

Un buen ejemplo es el desafío que libraron ayer Emilo Cajete y Arkaitz Aginagalde, resuelto a favor del primero, aunque, en este caso, era casi irrelevante el nombre del ganador que, por otra parte, estaba cantado.

Si no estoy equivocado, el año pasado Emi estaba preparando el maratón de Barcelona, que se celebraba en marzo y se suspendió, dejándole con la miel en los labios. Quienes hemos preparado un maratón a conciencia sabemos lo que significa. Y que nos dejen sin objetivo y, lo que es peor, sin alternativas, supone una tremenda decepción y un disgusto mayúsculo.

Cuando pudimos volver a correr, no sé en qué circunstancias, Emi y Arkaitz fijaron para septiembre un desafío consistente con una carrera de 10 kilómetros, con un handicap de un minuto a favor del segundo. Como Murphy no descansa, Emi se lesionó y en noviembre nos confinaron perimetralmente. Os recuerdo que Emi vive en Zumarraga.

En estos meses, Arkaitz, que está federado, ha competido bastante. Si no me he dejado ninguna carrera, ha corrido dos crosses, cuatro 3.000, tres 1.500, un 5.000 y un 800. Comparando los mejores tiempos de sus tres últimos años, este es el resultado:








Emi, por su parte, se ha dedicado a entrenar y ha empezado a cogerle gusto a la pista y las series, algo que antes aborrecía. Así lo cuenta: 'Echo mucho de menos las carreras, esas conversaciones previas y posteriores con otros corredores, esa adrenalina el día de la carrera y los nervios de la noche antes. Echo mucho de menos buscar una marca personal o ayudar a un compañero a conseguirla, pero cada vez disfruto mas del simple hecho de entrenar sobre todo en la pista. Antes odiaba las series pero ahora si una semana no voy a la pista parece que me falta algo. Mientras las carreras y esa tan ansiada "nueva normalidad" no aparece, seguiré disfrutando de dar vueltas en el tartán.'

Después de dar muchas vueltas a Argixao y antes de que nos vuelvan a confinar, ayer era el día D y las 8:15 la hora H. La carrera salía de Errotaburu hacia El Diario Vasco, pasando por las Universidades, camino de Ondarreta, continuaba por las tres playas, dando la vuelta al Kursaal para después coger toda la ribera del Urumea hacia Anoeta, para terminar dando toda la vuelta, tanto a Anoeta como al Mini-Estadio, hasta la puerta nº 8 del Reale Arena. 10 kilómetros diseñados y medidos por Iulen Ibáñez y Norman Cuenca, que hicieron de guías y jueces, montados en bici y acompañados de Hoki Guerrero.

Quienes nos citamos en Bataplán a las 8:00 nos cruzamos con ellos por la Avenida de Tolosa. Acababan de empezar y la ligera ventaja de Emi hacía pensar que ganaría del desafío, pero no con la rotundidad con la que demuestran los tiempos: 36:14 para Emi, de lejos su mejor marca en la distancia, y 40:12 para Arkaitz, muy por encima de mi previsión, en la horquilla de los 38-39 minutos.

Pero bueno, ya he dicho que el resultado era lo de menos. Lo importante es que los dos se divirtieron y, tras el esfuerzo, se fueron a comer para celebrarlo.

Como dicen que dijo William Somerset Maugham: 'Sólo los estúpidos dejan que su diversión dependa del mundo exterior.'

Por cierto, recordad que por solo 4 € os podéis apuntar a la Azkoitia-Azpeitia virtual y que el 11 de abril vamos a organizar una carrera de 8 kms, puntuable para esa carrera. También nosotros nos vamos a divertir.

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