sábado, 14 de marzo de 2020

Nos quedamos sin Carrera de Primavera

Somos muchos los corredores, atletas, runners (que cada uno se ubique donde quiera) que teníamos marcado en nuestro calendario el 15 de marzo y en nuestra agenda la Carrera de Primavera como uno de nuestros objetivos, cada uno los suyos. Elegimos esta carrera por la bondad del trazado, su homologación, la excelente organización y el sobresaliente trato que se dispensa a todos los participantes.

El miércoles 11 de marzo, recibimos una comunicación de los organizadores, nuestros amigos Donostiarrak, anunciando la suspensión de la carrera, ‘Debido a la evolución de la pandemia de COVID19 y siguiendo las recomendaciones de las autoridades.’

El jueves 12 de marzo, recibimos una nueva comunicación:

Estamos estudiando un aplazamiento de la prueba buscando fechas alternativas para la celebración de la misma, pero ante la actual incertidumbre, debemos tener mucha prudencia en definirla. Si encontramos una fecha adecuada y factible en el calendario, la comunicaremos lo antes posible por los medios habituales: correo, web del Donostiarrak y redes sociales.

Si esto no fuera posible, se suspendería definitivamente la edición de este año y buscaríamos opciones para reducir el impacto negativo en los/las atletas.

Lamentamos profundamente las molestias e inconvenientes que pueda ocasionar a todas las personas inscritas en esta edición, pero siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y debido a la suspensión de todas las actividades en la UPV/EHU, tenemos que suspender la carrera de este domingo para salvaguardar la seguridad de participantes, voluntariado, colaboradores, organización y familiares. Trabajamos durante meses para poder celebrar la prueba en un ambiente lúdico y festivo practicando deporte y que todas las personas disfruten de una experiencia corriendo nuestra carrera, pero desgraciadamente no es factible en este escenario con las circunstancias actuales.

Agradecemos de antemano vuestra paciencia y comprensión ante una situación tan complicada, en la que no es posible dar una respuesta inmediata y que satisfaga a todos y todas.'

Poco añadiré a esta comunicación, bien argumentada y coherente con el escenario al que nos vemos ¿empujados? ¿obligados? los ciudadanos.

Sí entraré en el papel que juegan los organizadores de carreras populares, imprescindibles para que podamos competir y disfrutar desde los más notables atletas federados hasta los más populares de los runners.

Son meses de reuniones, ideas, sugerencias, pruebas, búsqueda de sponsors, ayudas, colaboraciones… Son múltiples contactos con instituciones, servicios municipales, sanitarios… Son detalladas gestiones para todo lo relativo a la logística: voluntarios, evaluación de riesgos, avituallamientos, trazado, inscripciones, dorsales, cronometraje, camisetas, instalaciones de salida y meta…

Me consta que en el caso de los Donostiarrak todo ese trabajo se realiza de forma totalmente desinteresada, por amor a una carrera que es ejemplo y referente, que nació en 2003, con victoria de dos grandes atletas: Kamei Ziani y Amaia Arana; y que desde entonces no ha dejado de crecer.

A día de hoy, es imposible saber cómo va a terminar esta crisis del cononavirus COVID19 y, por lo tanto, resulta aventurado encontrar una fecha adecuada y factible en un calendario ya de por sí saturado.

Y me pregunto qué sentido tendría celebrar la Carrera de Primavera… en otoño.

Si se celebra la carrera, cuando se celebre, espero estar tan bien preparado como lo estoy ahora mismo.

Si no se celebra, desde aquí, agradezco a los Donostiarrak sus desvelos por ofrecernos cada año esa gran carrera.

A mi modo de ver, se celebre o no este año, no debemos comprometer su continuidad porque se vean en la obligación de devolver lo recaudado con las inscripciones. Buena parte de ese dinero ya está gastado.

Soy uno de los más de mil corredores, atletas o runners que pagó su inscripción, pero no estoy preocupado por los 12 € que aboné el 12 de enero. Pensaré que esos 12 € y muchos más me los voy a ahorrar por el aislamiento al que nos veremos sometidos los próximos días, semanas o, en el peor de los casos, meses.

Hasta entonces, lo más sensato es que atendamos las recomendaciones que se nos han dado desde las Instituciones y actuemos con responsabilidad, respeto… y tranquilidad.

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