Hoy, domingo, tocaría hablar de la XVIII cita de Bataplán 8.0, a la que contra viento y marea nos hemos sumado nada menos que 11 valientes, los 11 que veis en la foto que nos ha sacado Jesús Eguimendía, a quien agradezco el madrugón. Vaya cómo estaba cayendo en ese momento. Y vaya viento.
Para cuando nos hemos sacado la foto, yo ya llevaba 8 kms en las piernas, a 5:21 de media, a los que he sumado 13,25 más a 4:53 de media, cumpliendo el objetivo previsto en el plan maratón. ¿Maraton? ¿Qué maratón? A saber. Iñaki Peña está en las mismas y ya veremos por donde tira/mos.
La cosa no ha tenido mucha historia. Yo me he quedado de salida, Iñaki Monedero ha ido tirando de mí, y bien por delante nuestro iban todos los demás, con Iulen Ibáñez acompañando a Hoki y Aitziber.
Después de la paliza (no corría más de 20 kms desde la B/SS de 2019) y repetir desayuno, me he ido a nadar, goxo goxo, a la piscina pequeña de Anoeta, que suele estar calentita. Tras una hora a remojo, vuelta a casa, comer y a las 14:15 a la siesta, porque estaba reventado.
Con 5-5, Nadal la roto el servicio de Djokovic y ha servido para ganar el partido, después de un juego en blanco rematado, como los grandes campeones, con un ace monumental, como aquellos que cantaba Juan José Castillo, en la época de Santana, Gimeno, Orantes... y que seguro que recordáis los de mi generación, como el 'entro, entró', con el que aquel gran periodista deportivo celebraba los puntos inverosímiles, como muchos de los que hoy ha conseguido Rafa.
Mañana pasada por agua y tarde de sofá, disfrutando del mejor tenis de Rafael (como le llama su tío) Nadal, que ya suma 20 torneos del Grand Slam (13 Rolad Garros, 4 USA, 2 Wimbledon y 1 Australia), los mismos que Roger Federer y tres más que Novak Djokovic.
Enorme y monumental, Rafa.
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