jueves, 9 de diciembre de 2021

La crisis de las carreras populares

Me cuentan en la G.A.F. que los duendes de la imprenta se han comido la colaboración que me habían pedido para el número 2 de su Revista Digital, que entregué en el plazo solicitado. Os recomiendo su lectura, pues incluye interesantes artículos de directivos, jueces, entrenadores y atletas.

Así pues, vamos a darle salida en este post a esa colaboración, que titulaba La crisis de las carreras populares.

'En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.' (Albert Einstein).

El siglo XXI asistimos al boom de las carreras populares. En Gipuzkoa ese boom alcanzó su zenit en la mitad de la segunda década, para empezar a languidecer, muy lentamente, hasta 2020. El estado de alarma que padecimos el año pasado, las sucesivas emergencias sanitarias, acompañadas de todo tipo de restricciones que hemos soportado y seguimos sufriendo, han dejado un panorama desolador.

Apelando a mi viejo mantra de hechos y datos, vamos a analizar el siguiente cuadro, que recoge los corredores clasificados en las primeras carreras del otoño de 2021, comparando esos datos con los de los años precedentes, arrancando con el Memorial Josetxo Imaz, primera gran carrera del otoño y la única que fue capaz de organizar una prueba en 2020. Mi reconocimiento a Angel Pérez Pululu y todo su equipo por esa hazaña.





















Si comparamos 2019 con 2021, bajamos 11.290 clasificados, una pérdida del 28,74%.

Y esa pérdida es mayor si consideramos las carreras que en condiciones normales se hubieran celebrado y que han sido canceladas:

















Carreras tan importantes como la Donibane-Hondarribia, Lasarte-Oria Bai! o la Mixta de Zarautz, que se hubiera celebrado el pasado domingo.

Son datos muy preocupantes, especialmente para clubes como Txindoki, organizador del Memorial Josetxo Imaz, Super Amara B.A.T., organizador de la Txingudi Korrika y co-organizador del Cross de las Tres Playas, junto con Jakintza, y la G.A.F., ‘propietaria’ de los 15 K y el Maratón. Buena parte de sus recursos proceden de la organización de esas carreras.

Sin entrar en su idoneidad y hasta legalidad –sobre las que ya me ha manifestado repetidamente y sobre las que decidí dejar de hacerlo el pasado 12 de febrero- a la vista de estos primeros datos, es evidente que las medidas adoptadas por los responsables políticos para contener la pandemia del Covid 19, han afectado y mucho a un fenómeno deportivo y social como el de las carreras populares.

Estamos ante una crisis de lo que fue un modelo de éxito. Desconozco qué podemos hacer para volver a las cifras de 2014, o de 2019, y tampoco tengo claro que ese viejo modelo sea el que nos conviene, desde la posición de la G.A.F. y los clubes que la integran.

A mi modo de ver, es un tema clave, nuclear, para la financiación y la difusión del atletismo y creo, modestamente, que merece un análisis mucho más riguroso que el que acabo de hacer. Necesita de más datos. Debe llevar a conclusiones sólidas, que deriven en un plan de acción, al que incorporar un seguimiento sistemático para hacer, en su caso, las revisiones que sean necesarias, siempre amparadas por los datos.

Decía Winston Churchill: ‘Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.’

Seamos optimistas y aprovechemos la oportunidad.

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