El sábado por la noche, vimos el último capítulo de The Crown, serie de Netflix con diez capítulos por cada una de sus tres temporadas. Este último mes, mi mujer y yo, después de cenar, hemos seguido la costumbre de ver una de las treinta entregas de la serie, que cuenta el reinado de Isabel II hasta 1977, cuando cumple 25 años en el trono.
En esos 25 años desfilan nada menos que siete primeros ministros, empezando por Churchill y terminando por James Callaghan.
Para los que gustamos de la historia, refleja la caída del Imperio Británico como potencia mundial y la pérdida de gran parte de sus colonias, mientras conserva toda la fastuosidad y todo el boato de la Monarquía. Con el buen gusto que caracteriza las producciones británicas, la forma es tan importante como el fondo, de manera que cuestiones como la ambientación, el vestuario, las localizaciones, las escenas, sean al aire libre o en suntuosos palacios, están recreadas al más mínimo detalle. Mención especial merece el parque móvil, que va de suntuosos Rolls Royce a ligeros y elegantes descapotables.
Las dos primeras temporadas, los personajes principales los interpretan actores más jóvenes, mientras que en la tercera son sustituidos por otros más maduros, en consonancia con el paso del tiempo.
A medida que transcurre la acción, vamos descubriendo aspectos, comportamientos y facetas más o menos conocidas de personajes habituales del ¡Hola! y de las páginas de información política.
Para quienes, como yo, no somos monárquicos, hay momentos en los que llego a aborrecer la institución, pero también hay otros en los que me engancha la forma en la que una mujer aparentemente simple encarna y gestiona un legado cuasi divino, ganándose el respeto y hasta la admiración del pueblo.
Uno de los puntos fuertes, para mí, es el excelente trabajo de los actores, que convierten en personas de carne y hueso a personajes por casi todos conocidos o por lo menos por aquellos que ya tenemos una edad.
He disfrutado muchísimo y espero que, si os animáis a verla, disfrutéis tanto o más que yo, que estaré atento a la cuarta temporada, que todavía no se ha emitido.
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