lunes, 15 de junio de 2020

Reflexiones de un profesional hospitalario acerca de la pandemia

Gorka Busto es un traumatólogo donostiarra, residente en Hondarribia por amor y padre de tres hijos; la tercera nació el 28 de abril, en pleno confinamiento. He sido cliente/paciente suyo y le conozco y aprecio por nuestra común afición a eso de correr largas distancias.


A sus 41 años, suma ya 20 B/SS, con una mejor marca de 1:18:12, conseguida en 2014. También ha corrido 7 maratones, con una mejor marca de 2:58, en Donostia. Los dos últimos años ha apostado por Valencia, sin mejorar ese tiempo. Aunque ha corrido varias, nunca ha disputado una media maratón, en la que tiene una mejor marca de 1:24. Y para completar su ficha, ha corrido los 15 kms de Donostia en 58:12 y su mejor marca en 10 km la hizo en una Txingudi Korrika en 38 minutos pelados. 

Ha estado muy activo como replicante a los posts que he ido publicando desde que el Gobierno de España, el 14 de marzo, decretó el estado de alarma y hoy se asoma a este blog para contarnos su experiencia en una segunda línea de combate en el Hospital Comarcal de Mendaro.

 

Mañana, en una segunda entrega, nos contará cómo ve él el escenario en la era post-pandemia.

 

Estos últimos meses, desde finales de febrero, hemos vivido un auténtico shock hospitalario en Osakidetza, con una reconversión brutal para tratar casi en exclusividad la patología que se avecinaba. Os voy a transmitir mi realidad desde la barrera, como Traumatólogo, en una segunda línea de combate. Me tocó hacer de apoyo logístico de los servicios más castigados como Medicina Interna y Anestesia (con semi-UCIs improvisadas), y reciclándome, aprendiendo y refrescando conceptos casi olvidados en mi vida laboral diaria.

 

En un Hospital Comarcal, con menos recursos que el gran mastodonte del Hospital Donostia, pero con profesionales igual o más preparados si cabe, somos como una gran familia, apoyándonos en todo, prestando nuestra colaboración y ayudando en otras facetas. Así, pudimos dar soporte a nuestros compañeros, los Internistas, hablando con familiares y prestando apoyo logístico, ya que nosotros, tratando pacientes Covid, podemos ser más letales que el évola. 


No hemos llegado a las crisis sanitarias de otros territorios como Madrid, Barcelona y Castilla La Mancha, donde tengo buenos amigos, algunos de ellos también Traumas. Recuerdo un sábado, en plena pandemia, a un amigo llamándome desesperado, llorando, abatido, comentándome que esto era la guerra, que no podían más, que tenían 150 ingresos y solamente les quedaban 30 camas, que dónde iban a meter al resto, que necesitaban oxígeno y todos estaban graves.... Otros amigos míos, Cardiólogos super-especialistas, haciendo turnos interminables en UCI de Barcelona, y Traumas y Oftalmólogos, responsables de plantas Covid, sin protecciones, médicos de familia en Ifema, etc... Nada que no hayáis visto o escuchado en los medios y que tan rápidamente olvidamos. 


Aquí, afortunadamente, no llegamos a esos niveles; primero, porque nos dio tiempo a preparar nuestros hospitales al menos 4-5 días previos al tsunami; luego, porque la Red de Hospitales Comarcales guipuzcoanos descarga muchísimo en el gran hospital y sobre todo (visto en el estudio de seroprevalencia) porque la incidencia de la epidemia ha sido menor. Mi impresión personal es que si el confinamiento llega a venir 2-3 días más tarde, hubiéramos estado en la misma tesitura.

 

Luego vinieron días de protocolos improvisados, cambios de estrategia cada 48 horas, roturas de cadenas de mando (los de arriba no sabían qué hacer también aquí y pedían opinión a los soldados rasos) y es lógico, estábamos aprendiendo de una nueva enfermedad que va más allá de los síntomas respiratorios. Por eso, me irrita toda la guerra política que hay detrás de las denuncias sobre la actuación de esos días, y que lamentablemente van a pagar gente honrada y muy sufridora, los sanitarios de los hospitales, muchos caídos y/o enfermando por falta de recursos o desconocimiento de la enfermedad. 

 

Queda claro que no estábamos preparados para esta pandemia, ni social ni sanitariamente, creíamos vivir en una burbuja de bienestar y protección ficticia. Curiosamente dónde más han sufrido es en comunidades donde la "privatización" de la sanidad pública ha hecho estragos y se ha recortado mucho en Atención Primaria, el pilar fundamental en el que se debe basar nuestra protección actual frente a siguientes oleadas. 


Y no quiero, ni puedo ni debo olvidarme del excelente equipo de Enfermería del hospital, siempre con su mejor sonrisa, amabilidad y ternura, auténticas profesionales en primera línea del frente; como en Urgencias, que se han llevado lo gordo de los cuidados.  A pesar de las carencias de material (sí, aquí también las hubo, re-estirilizando hasta 3-4 veces batas desechables y utilizando plásticos) dieron, como todos, lo mejor de sí.

 

También todos los gremios que trabajan en un Hospital: Auxiliares, Técnicos, Fisioterapia, que se auto-reciclaron en sacar las pruebas PCR a las puertas de Urgencias, Laboratorio, Celadores, Limpieza, Seguridad, Cocinas, etc...

 

Mañana hablamos del escenario en la era post-pandemia.


2 comentarios:

  1. Gabriel, ¿por qué dices que nunca ha "disputado" una media maratón? 1:24 es un tiempo acorde a su 2:58 de maratón o 38min de 10k, ¿no crees? Eskerrik asko y felicitarte por tu blog.

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  2. Gabriel, comentas que nunca ha "disputado" una media maratón, pero, ¿no crees que el 1:24 es equivalente a su 2:58 en maratón y 38' en 10k? Eskerrik asko y felicitarte por tu blog.

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