Si el protagonista de la noticia, con quien tengo un trato superficial, de poco más de hola y adiós, fuera amigo mío, le ofrecería mi apoyo incondicional, sin fisuras, sin palabras o con muy pocas, sin falsos discursos morales, sin censuras. Le invitaría a hablar y le escucharía con atención, aunque me da que, ahora mismo, tendrá muy pocas ganas de hacerlo.
En estas circunstancias, siempre me viene a la cabeza aquella vieja cita de la Biblia: 'Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.'
¿Quién de nosotros está libre de culpa? No me refiero a esa culpa concreta, que también, sino a cualquier otra treta, truco, atajo, ventaja o ardid. ¿Quién no ha caído alguna vez en la tentación?
Si fuera mi amigo, en cuanto le viera, le daría un fuerte abrazo . Y punto.
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