Hoy, a los 95 años, ha muerto Stéphane Hessel, que saltara a la fama en 2010, con la publicación de ¡Indignaos! un libro de 60 páginas, al precio de 5 €, del que entre Francia y España se han vendido más de dos millones de ejemplares. El subtítulo de la edición española dice: Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica.
El prólogo de esa edición está escrito por José Luis Sampedro, y comienza con las palabras 'Yo también'. ¿Os suena mi post de ayer?. De ese libro, me quedo con el título de dos de sus 'capítulos': 'La indiferencia: la peor de las actitudes' y 'La no violencia, el camino que debemos aprender a seguir'.
Supongo que ahora se reeditará, lo mismo que otro libro del mismo autor: ¡Comprometeos!, editado en 2011, que termina con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, publicada el 10 de diciembre de 1948, en cuya redacción Stephane Hessel participó activamente. En la portada de este libro se dice: 'Ya no basta con indignarse'. Por cierto que os recomiendo la lectura de esa Declaración. Serán diez minutos muy bien empleados.
Porque la indignación mal gestionada puede llevar a situaciones como la que actualmente vive Italia, con más del 50% de los votantes decantándose o por un cacique o por un bufón. Y yendo algo más atrás, a que alguien como Hitler, en 1933, llegara al poder después de unas elecciones democráticas. O, en nuestros días, a votar al Frente Nacional en Francia o a cualquiera de las marcas de la ¿izquierda? abertzale en Euskadi.
Volviendo al movimiento de los 'indignados', de los que ya vamos conociendo varias versiones, desde los del 15-M, hasta los de 'Stop Desahucios', cierro con lo que escribía ayer Javier Elzo en su blog: 'No siempre el pueblo tiene razón':
- A la postre, y en cada momento histórico, cada pueblo tiene los lideres que él mismo ha generado. Y, llegado hasta aquí, me parece, como poco, una enorme pereza intelectual limitarse a echar las culpas de lo que pasa solamente a los políticos.
- Me preocupa el populismo, que solamente da respuestas simples a problemas complejos. Y si encuentran algo así como un "líder", es la antesala del fascismo.