La 
lectura es uno de los vicios a los que ni puedo ni quiero renunciar. 
Normalmente, tengo varios frentes abiertos y alterno entre la novela, revistas 
varias, textos 'profesionales', ensayos, etc.
Esta 
tarde he abierto un libro escrito por Jaime Tomás, uno de los mejores 
consultores y formadores que he tenido la suerte de conocer. Se titula 
Supérate en el laberinto y tiene que ver con lo que podríamos 
catalogar como habilidades personales o directivas. La página 55 comienza con un 
capítulo titulado ¿En qué consiste la gestión y el amor a uno 
mismo? que me ha recordado una pregunta que me hizo, hace mucho tiempo, 
uno de los mejores jefes que he tenido: ¿Y tú cuánto te 
quieres?
En aquella época, me preocupaba mucho por los demás (lo 
cual es necesario y está muy bien) y terminaba cargando con sus problemas, 
mientras me preocupaba poco de mí (cuando uno es joven se cree capaz de todo) e 
iba incubando un estado de ánimo que se contagiaba de todos los males y 
desgracias ajenas. En definitiva, descubrí que me quería 
poco.
La receta que nos da Jaime Tomás para querernos más es 
sencilla: 'Miráte al espejo, fíjate sobre todo en el brillo de tus ojos, 
intenta detectar tu estado de ánimo, tus ilusiones, tus esperanzas y sobre todo 
tus sueños. Habla contigo y quiérete.'
Y hazte estas 
preguntas:
- ¿Soy realmente feliz?
 - ¿Me esfuerzo, me ocupo en hacerme feliz a mí mismo?
 - ¿Puedo hacer felices a los demás?
 - ¿Mi trabajo me hace feliz?
 - ¿Voy cada día motivado a mi trabajo?
 - ¿Dedico el tiempo necesario a hacer mis revisiones médicas?
 - ¿Dedico cada día algo de tiempo a hacer lo que gusta?
 - ¿Soy dueño de mi vida y de mis actos?
 
A día de hoy, me quiero bastante, porque 
cuido de mí, llevo una vida ordenada, disfruto siendo 
útil a los demás, me gusta mi trabajo, saco tiempo para correr, leer y otros 
'vicios'; y soy dueño de mis actos, lo que implica elegir, 
consciente y voluntariamen-te, hacer 'lo que toca hacer' antes de hacer 'lo que 
me gusta'. Como nos decían de chavales: 'antes es la obligación que la 
devoción'.
Volviendo al espejo, me 
encanta esta cita de Steve Jobs: Cada día me miro al espejo y me pregunto: 
'Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?. 
Si la respuesta es 'No' durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo' 
No hay comentarios:
Publicar un comentario