Souto Menaya, «Botas», es un futbolista que ha tocado la gloria y ahora conoce el infierno. Tras un gol histórico en la final de la Copa del Rey de 1943, su carrera se ha visto truncada por una lesión que le ha dejado cojo y medio inválido... Entonces, un periodista del Madrid llama a su puerta le hace una oferta tentadora.
Esta sinopsis de la Aquella edad inolvidable me animó a comprar esta novela breve de Ramiro Pinilla, que ha caído en el viaje de avión a Praga. Escrita en un lenguaje directo, sin adornos estéticos, nos presenta la sociedad vasca de la postguerra, la sociedad de la adolescencia de mis padres. Es lo primero que leo de Ramiro Pinilla y no será lo último.
Ambientada en un Getxo casi rural, nos subimos a una montaña rusa. Tras tocar el cielo en una final de la Copa que entonces se llamaba del Generalísimo, un joven delantero, suplente del histórico Zarra, lesionado la víspera, se precipita hacia el infierno tras sufrir él, al comienzo de la siguiente temporada, una entrada que le dejará inválido. Estamos en 1943 y eran otros tiempos.
Unos tiempos, una edad inolvidable en la que ser del Athletic de Bilbao era la única rebeldía tolerada para unos hombres que habían perdido la inocencia y casi todo lo demás, pero que se resisten a perder la dignidad.
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