Lohitzune Txarola preside las Juntas Generales de Gipuzkoa |
Hace unos días, a raíz de la negativa de la presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa a continuar la tra-dición de sus siete prede-cesores en el cargo,
supimos que el primer retrato, corres-pondiente a Xabier Aizarna, costó 2.764 € y que el último, de Rafaela Romero, obra del donostiarra Ricardo Sanz, conocido por ser el pintor de los príncipes de Asturias, ahora reyes de España, salió por la friolera de 12.975
€.
Que un cargo tan discreto como el de presidente de las Juntas Generales de Gipuzkoa tenga el derecho a quedar inmortalizado en un lienzo que se colgará en
el hall de esa institución, encaja con el concepto de casta que tan hábilmente maneja
Podemos.
Lohitzune Txarola y Rafaela Romero |
Quienes me conocen saben que mis posiciones políticas están muy alejadas de las que defiende Bildu, coalición a la que debe su cargo
Lohi-tzune Txarola. Como lo cortés no quita lo valiente, aplaudo su iniciativa de romper con una tradición tan gravosa para el bolsillo de los contribuyentes, más aún en los tiempos que corren, con el paro en niveles inasumibles y con una escalada de
la desi-gualdad que debemos revertir por el bien de todos.
La alternativa que propone la presidente: una fotografía con los 51 junteros, parece mucho más razonable y hasta igualitaria, amén de muchísimo menos gravosa:
500 €. Lo asombroso es que algo tan simple precise de un consenso unánime para ser aprobado. No sé si conseguirá esa aprobación y para mí resulta irrelevante que
Lohitzune Txarola se sienta o no cómoda a la hora de posar ante un pintor. Lo verdaderamente importante es su gesto. Y quizá por ese gesto la recordemos mucho más que a cualquiera de sus siete predecesores en el cargo, por mucho que sus cuadros están colgados en el hall de las Juntas Generales de Gipuzkoa.
Algo más que un gesto.
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