57 B/SS. ¡Que te vayas, h......, que te vayas!

Cuando volvíamos a casa a darnos una ducha rápida para llegar a tiempo de ver la entrada de Maria y sus amigas, Iñigo y yo nos encontramos con un atleta que habría llegado ochenta minutos antes que nosotros. Estaba feliz y a la vez preocupado. Feliz por haber conseguido su objetivo: bajar de 1:12 y conseguir dorsal amarillo para el año que viene. Preocupado porque su reloj marcaba 1:11:58 y estaba ansioso por saber si se lo confirmaban; y, sobre todo, porque había dejado atrás a un amigo, que era su guía y apoyo para conseguir el objetivo.

Ese amigo es como un reloj suizo. En 2018 hizo la B/SS en 1:11:14, en 2019 en 1:11:43 y el año pasado en 1:11:28. Estamos hablando de Alvaro Calderón, que como credencial puede presentar los 2:34:16 del Maratón de Valencia 2017.

Nuestro protagonista tenía hasta ayer como mejor marca en la B/SS 1:14:21 el año pasado. Ayer paró el crono en 1:11:55. Se llama Jon Daguerressar y tiene 45 años.

Para hacer 1:12:00 hay que correr a 3:36/km, es decir, hacer 18:00 cada 5 kilómetros. Eso en una carrera lisa. En la B/SS, que es un continuo subir y bajar, la cosa se complica.

Salieron rápido y, aunque los primeros 5 kilómetros pican para arriba, pasaron por ahí en 17:29, con margen para alcanzar el objetivo y con la duda de si no se estarían pasando.

Hasta el kilómetro 10, con la larga subida a Gaintxurizketa, nos encontramos con la parte más complicada. La salvaron bien, con un parcial de 18:24 y un acumulado de 35:53, por debajo de los 36:00 del objetivo, pero con muy escaso margen.

Al kilómetro 15, por el Puerto de Pasaia, se llega tras salvar las subidas de Kaputxinos en Errentería y de Buevanista, ya en el término municipal de Donostia. Ese parcial lo hicieron en 18:01. El acumulado 53:54 y el margen de solo 6 segundos.

Poco antes de llegar ahí, Alvaro empezó a pinchar y a ser consciente de que no iba a llegar por debajo de 1:12:00. La veteranía es un grado y él conoce bien su cuerpo y sus sensaciones.

Entonces, le dijo a Jon que se fuera, que estaba en tiempos. Jon se resistió. Habían salido juntos e iban a llegar juntos.

De lo que conozco a Alvaro Calderón, me da que su corazón es tan fuerte y tan honesto como su carácter. No es de los que se anda con rodeos. Así que le gritó a Jon: '¡Que te vayas, hostias, que te vayas!'

Y se fue. Subió Miracruz, bajó, superó el col de la Avenida de Navarra, que a esas alturas de la carrera es hors categorie, hizo los últimos 5 kilómetros en 18:01 y llegó en 1:11:55. Se ve que de la emoción o del esfuerzo tardó unos segundos en parar el crono.

Impresionante la mejora que este año ha experimentado Jon, gracias a contar con un guía como Alvaro y a creer en sus posibilidades.