A mi modo de ver, correr una final de 10.000 metros, en el mes de agosto, a las 18:25 de la tarde, a más de treinta grados y a orillas de un río, condiciona el resultado. Viendo cómo ganó Joshua Cheptegei, segundo en el Campeonato Mundial de Londres 2017 y primero en Doha 2019 y Eugene 2022, es poco probable que en circunstancias más favorables el resultado hubiera sido distinto, pero también es posible que hubiéramos asistido a otra carrera muy distinta.
Destacaría el comportamiento de Selemon Barega, un atleta que siempre compite bien en las grandes citas. A sus 23 años, tiene una medalla de oro en los JJ OO de Tokyo (10.000), una de plata en el Mundial de Doha 2019 (5.000) y la de bronce de ayer, que pudo ser de oro y que hasta el último metro, cuando se dio por vencido o por puro agotamiento, era de plata, que fue para el keniata Daniel Simiu Ebenyo.
Berihu Aregawi, que se presentaba con la mejor marca del año y que fue el gran animador de la carrera en la segunda mitad, se tuvo que conformar con la cuarta plaza.
Estos fueron los 8 primeros.
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