De la misma manera que ayer confesaba mi condición de fan del italiano Tamberi, hoy manifiesto que, a la vez que admiro su trayectoria, me resulta antipático el noruego Jakob Ingebritsen.
El año pasado ganó todas las carreras de 1.500 y una milla, salvo la final del Campeonato del Mundo de Oregon. Este año había ganado las 6 carreras de 1.500 que había corrido hasta ayer.
Si en Oregón fue el inglés Jake Wightman quien le ganó, ayer fue otro inglés, Josh Kerr quien le superó con claridad, casi igual que Wightman el año pasado.
Josh Kerr no es ningún desconocido y no es ningún 'piernas'. Tiene 25 años, fue bronce en los JJ OO de Tokyo 2021 y su marca personal es 3:29.05.
A mi modo de ver, Jakob Ingebritsen no ha llegado a este Campeonato del Mundo de Atletismo de Budapest 2023 todo lo fino que exigía la enorme competencia que hay hoy en los 1.500 metros, con 11 atletas que este año han corrido por debajo de 3:30.
Puede que en una carrera a ritmo y con liebres, pasando los 1.000 metros por debajo de 2:20, Ingebritsen sea imbatible. Puede. Pero pasando a 2:22 se abren muchas opciones.
El noruego no tiene la chispa final que tienen otros atletas, como Josh Kerr, y fue claramente derrotado. Y a punto estuvo de ser superado por su compatriota Narve Gilje Nordás, un atleta dos años mayor que Jakob (22), que ha emergido este año.
Abajo vemos los 8 primeros de la final, con 4 por debajo de 3:30 y Mario García Romo sexto, rematando bien, pero yendo mal colocado toda la carrera.
Adel Mechaal y Mohamed Katir, que era uno de los favoritos, se quedaron en semifinales.
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