Tiene 42 años, 4 hijos, 3 maratones (¿o son más?) y se quedará sin el ¿cuarto? por una lesión, que también le impedirá correr la B/SS, después de haberse ganado en el asfalto de derecho a salir delante de casi todos y todas con un dorsal amarillo: el 44. La última referencia que he encontrado es 1:28:31 el pasado 10 de septiembre en el Medio Maratón del Bajo Pas, a 4:12/km. Estaba en el buen camino.
El año pasado, camuflada con el dorsal 13137, tras varios kilómetros de calentamiento, siguió conmigo y me despidió en la meta, para completar un rodaje de más de 30 km, dos semanas antes del Maratón de Donostia. Desde Behobia hasta el Bulevar, me llevó con el gancho. Mi sonrisa de la foto de la derecha, es más una mueca al pasar al lado de mi mujer y mi hija que nos estaban animando.
Las lesiones son una repuesta física a estímulos o causas que no necesariamente tienen que ser físicos. Todo influye: el trabajo, la familia, nuestras relaciones sociales, nuestro compromiso con determinadas causas... y también las mudanzas, una de las experiencias mas estresantes por las que me ha tocado pasar.
Una vez tomada la decisión de no correr, se ha preocupado de dar un buen destino a su dorsal amarillo que, de subastarlo, hubiera tenido una larga lista de ofertas entre las que elegir. Ella ha hecho la elección, que ha recaído en un atleta que el año pasado hizo 1:12:19, en clara progresión, que ya estaba inscrito. Le ha hecho feliz.
Mañana no estará animándonos. Vive en Markina y ya he dicho que tiene cuatro hijos que muy probablemente le sugieran planes más estimulantes.
Quienes la conocemos y la queremos, echaremos de menos sus ánimos, su fuerza, su sonrisa y ese espíritu capaz de superar todas las adversidades, como también superará la de esta pesada lesión.
Tampoco correrá Romain Purro, que como todos los años, nos animará a esta altura del Alto de Miracruz.
Vamos allá.
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